El jilguero (carduelis carduelis) es el rey del silvestrismo.
Fringílido de 12 cm de longitud, 24 cm de envergadura y de unos 18 a 20 gramos de peso. Se caracteriza por el colorido de su plumaje. La cabeza blanca y negra con una careta roja brillante llamada madroño. Tiene el pico corto y cónico, que emplea para romper las semillas de las que se alimenta. Las alas son negras y con una franja amarilla; la cola negra también con unas manchas en los extremos llamadas habas, el número y tamaño de éstas puede variar de seis a diez. El torso es pardo así como el pecho y el vientre es blanco.
Nace en el viejo continente y pasa el verano hasta que muda su plumaje, agrupándose en pequeños bandos preparándose para migrar a finales de octubre hacia África donde disfruta de un ambiente más soleado. En marzo vuelve a Europa formando parejas para comenzar la cría.
Hacen de dos a tres posturas de cuatro o cinco huevos cada una, los pajarillos nuevos se les llaman chivones ya que emiten un sonido para pedir comida a sus progenitores que suena como "chi-va-va, chi-va-va".
El jilguero es una de las aves más estimadas, no sólo por su plumaje de notable colorido, sino también por sus excelentes calidades canoras. Es su excelente calidad canora la que ha ocupado durante años a los aficionados al silvestrismo. Estos aficionados han estudiado y educado el canto del jilguero con esfuerzo y dedicación entusiasta
Para comprobar el sexo del jilguero hay que distinguir entre el plumaje antes de la primera muda y el de adulto.