Por ESTHER SAMPER (SHORA)
Actualizado 28-04-2009 13:13 CET
En múltiples aeropuertos de todo el mundo se están colocando y utilizando escáneres térmicos para detectar a posibles infectados por la gripe porcina y aislarlos para limitar el contagio. Pero, ¿son realmente efectivos en prevenir la extensión de la enfermedad?
La OMS no recomienda restringir los viajes a otros países así que por los aeropuertos continúa el flujo de personas. Aún así, se están tomando ciertas medidas para prevenir la difusión de la gripe porcina: Rellenar cuestionarios personales y sobre síntomas gripales, uso de mascarillas, equipos sanitarios...
Otros países, como Tailandia, Filipinas, Chile, Corea del Sur, Japón y Singapur utilizan además una tecnología relativamente reciente para detectar a personas con fiebre (y, por tanto, sospechosas de estar infectadas por gripe porcina): El escáner térmico.
Los países asiáticos ya disponían anteriormente de esta tecnología que utilizaron para detectar a posibles personas infectadas por el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) y, más tarde, para detectar a personas con gripe aviar.
Pero no son los únicos países que podrían utilizarlos, otros (como España) están estudiando la posibilidad de implantar escáneres térmicos (también llamados termocámaras) para frenar la extensión de la epidemia.
La aplicación de esta herramienta es relativamente sencilla: El escáner detecta mediante infrarrojos la temperatura cutánea de las personas (ojo, no la temperatura interna del cuerpo) y las representa con una gama de colores en una pantalla. Las regiones de la piel más frías se verán en tonos más oscuros (negro, azul) mientras las regiones de piel más calientes se verán en colores más brillantes (rojos, blanco).
El fundamento para su aplicación en la detección de personas que potencialmente podrían tener la gripe porcina está en que el síntoma principal de esta enfermedad es la fiebre, que suele expresarse en un aumento de la temperatura cutánea.
Así pues, lo que se trata es de hacer pasar a las personas por el escáner y detectar aquellas con fiebre que, potencialmente, podrían tener gripe porcina. Ya según el país se tomarían medidas diferentes (aislamiento del resto de personas, revisión médica por un equipo sanitario, etc...). Hasta ahí la teoría.
Sin embargo, cuando llegamos a la práctica, las cosas no son tan sencillas. Múltiples expertos en salud pública y varios artículos de publicaciones médicas critican la utilización de esta tecnología. Los estudios realizados al respecto les dan la razón: Los escáneres térmicos no fueron eficaces en frenar la difusión de una epidemia.
Las razones por las que el escáner térmico se convierta en una herramienta bastante inútil son muchas y variadas pero básicamente son las siguientes:
- La mayoría de personas afectadas con gripe porcina tiene fiebre. Ahora bien, existe un porcentaje nada desdeñable de un 14-32% de personas que tienen gripe y no tienen este signo clínico, bien durante el comienzo de la enfermedad, al final o durante todo el proceso gripal. ¿Qué significa eso? Que el escáner no detectará a una persona con gripe porcina sin fiebre que pasará por el aeropuerto sin ninguna restricción sanitaria, libre para contagiar.
- La amplia mayoría de enfermedades infecciosas (y algunos tipos concretos de otras enfermedades) se manifiestan también por fiebre. Esto quiere decir que detectar a una persona en el aeropuerto por fiebre no implica para nada que posea gripe porcina. Podría ser cualquier otro proceso infeccioso: Una gripe común, una gastroenteritis, una neumonía... Confirmar si se trata realmente de una gripe porcina necesitaría de un equipo médico en atención constante. Si llegara a darse una epidemia de gripe común en algunos de los países mientras se da la gripe porcina, el porcentaje de falsos positivos sería tan elevado que no tendría sentido alguno marcar la fiebre como un dato sospechoso.
- La gripe porcina puede ser infecciosa hasta 24 horas antes de mostrar cualquier síntoma (sí, por esa la gripe causa tantas epidemias, porque al principio puede ser muy silenciosa). En el periodo llamado de incubación (tiempo desde que una persona se expone al virus hasta que manifiesta los síntomas o signos de la enfermedad) el virus puede transmitirse. Las probabilidades de contagio no son tan altas como cuando la persona está afectada por la enfermedad, pero existen y todavía más en los niños que tienen una facilidad especial para transmitir la gripe. Los escáneres térmicos son totalmente inútiles en estos casos.
- En la fase inicial de la fiebre no se aumenta la temperatura cutánea, sino la interna del cuerpo. Los casos iniciales de fiebre serían totalmente indetectables por el escáner térmico ya que sólo registran la temperatura cutánea.
- Los aviones son un lugar excelente para transmitir la gripe porcina. Si alguien se contagia en un avión y pasa por un escáner térmico a la llegada del aeropuerto, no va a detectar nada, pues aún no ha pasado el tiempo suficiente para que la persona desarrolle la enfermedad (en torno a 48 horas, pero puede alargarse hasta los 10 días).
- Las personas con gripe que consuman antitérmicos no serán detectadas por los escáneres al tener una temperatura cutánea normal.
Todos estos problemas prácticos llevan a una realidad: El escáner no detecta muchísimos de los casos de potenciales de gripe porcina. Pero lo peor no es eso. El principal problema es que crea una sensación de falsa seguridad: "Como he pasado el escáner térmico y no tengo fiebre, es que no estoy infectado".
Esto llevaría a relajar otras medidas de prevención efectivas por parte de las autoridades (y de hecho, ha ocurrido en el pasado) y también las propias personas infectadas podrían no acudir al hospital al presentarse más tarde los síntomas gripales siguiendo el razonamiento: "Como no estaba infectada cuando llegué al aeropuerto, lo que debo de tener es otra cosa".
En tiempos de epidemias (y, más aún, con el acecho de una pandemia) deben utilizarse medidas efectivas y científicas para restringir la extensión de la enfermedad. Todo aquello que no lo sea, lejos de ayudar a frenar la enfermedad no hará sino darle alas.