lo aprendí en el kindergarden. La sabiduría no se encuentra al final de la maestría universitaria, sino en el arenero de la escuela.
Esto es lo que aprendí:
juega limpio;
no golpees a las personas;
pon las cosas donde las encontraste;
limpia tu tiradero;
no tomes lo que no te pertenece;
pide perdón cuando lastimes a alguien;
lávate las manos antes de comer;
pan caliente y leche fría son buenos para ti.
Vive una vida equilibrada y,
aprende algo,
piensa algo,
dibuja,
pinta,
canta,
baila,
juega,
y trabaja cada día un poco.
Duerme una siesta por las tardes.
Cuando salgas al mundo, pon atención, tómale de las manos y permanece unido. Maravíllate!
Toma cualquiera de estos puntos y aplícalos al sofisticado mundo de los adultos y a tu vida familiar, a tu trabajo y al gobierno, y verás que son una verdad clara y firme.
Piensa que clase de mundo tendríamos si todas las personas se comportaran así!
(Robert Fulghum)