Estimada Nutria ( y encima de amor, ¡casi ná!).
Agradecerte tus visitas que haces en mi modesto Rincón.
Puedes, si así lo deseas, hacerlo tantas veces como lo quieras,
que siempre será bien recibida.
Decirte que sobre el amor, siempre suelo estar enamorado,
con las ventajas e inconvenientes que trae el estar en esa
situación; pero el corazón manda, estimada Nutria, y ya
sabes eso de que “El corazón tiene razones… que la razón
no comprende”.
Agradezco tu cariñoso ofrecimiento, y de verdad que a
veces necesitamos un hombro amigo para poder descargarnos
de tanto peso, que la situación, a veces, no llena de zozobra,
de inquietudes, de miedo, de tristeza, de soledad… En fin,
que a veces se nos pone tan difícil el camino, que no sabemos
ni por donde ir y, lo peor, que tampoco sabemos a dónde ir.
En cuanto a mi niño Tartessito, decirte que los ojos son como
los de la madre. A ella sale el niño, y bastante que me he
alegrado de eso. La madre es preciosa, y el fruto de sus
entrañas no podía por menos que parecerse a ella. Y aunque
ahora estemos alejados uno del otro, aún la sigo recordando,
y permanecerá en mi corazón para siempre. Bajo rosas y
espinas transcurre la vida, estimada Nutria, lo queramos
o no.
Perdón por el retraso en contestarte a tus agradables visitas,
y queda tuyo afectísimo y amigo,
Celestino – Cele-
