AFRICA VIOLENTA: GRUPOS MERCENARIOS SE DISPUTAN EL CONTROL DE LAS MINAS
La guerra de los diamantes
Las piedras preciosas se han convertido en agentes de esclavitud, asesinato, éxodos, destierros y colapso económico.
Por THE NEW YORK TIMES. Especial para Clarín.
En medio de la espiral de inseguridad y violencia que sacude a Sierra Leona, de su suelo surgen las piedras más preciosas de todas, tan brillantes como ensangrentadas. Los diamantes son la raíz de un conflicto que sacude a ese país y se expande por todo el continente africano.
Detrás de esa piedra de quilates pulidos y desplegados en una vidriera de Manhattan hay un historia que comienza en las ásperas piedras de las minas africanas que van desde Sudáfrica, hasta Botswana, pasando por Sierra Leona.
Extraídos de las minas "responsablemente", como ocurre en Sudáfrica, Bostwana o Namibia, los diamantes son un recurso que puede contribuir al desarrollo económico y a la estabilidad. En cambio, explotados bajo la mirada de gobiernos corruptos y milicias impiadosas, en un marco de fronteras porosas, estas piedras preciosas se han convertido en agentes del trabajo esclavo, el asesinato, éxodos, destierros y colapso económico. Sierra Leona entra en esta segunda categoría. Foday Sankoh, el líder rebelde atrapado ayer era considerado uno de los más grandes traficantes de diamantes del mundo.
En la base del negocio mundial de la venta de diamantes, están los africanos que excavan la tierra en busca de una piedra salvadora. Pueden pasar más de un mes rastrillando un mismo lugar hasta que una gema que no llega ni al tamaño de un pasa de uva aparece entre el barro. Probablemente recibirán 800 dólares por una piedra por la que se pagará al menos 10.000 dólares en Nueva York.
El anonimato y el fácil traslado —millones de dólares en diamantes se pueden contrabandear en una media— han convertido al diamante en moneda corriente de depredadores con armas en el Africa del siglo XXI.
La comercialización de diamantes en Sierra Leona es un negocio sumamente lucrativo que escapa de cualquier control. Freetown, la capital de Sierra Leona, fue uno de los primeros asentamientos de las colonias británicas de Africa Occidental.
Allí se instaló a fines del 1700 el gobernador británico para controlar lo que se denominaba la Costa de Oro (los territorios de Senegal, Gambia, Sierra Leona, Liberia y Ghana).
Los diamantes se han convertido en el recurso por excelencia para financiar la compra de armas de los grupos rebeldes. Tal es el caso del Frente Revolucionario Unido de Sankoh, capturado ayer por fuerzas británicas cuando intentaba escapar a través de la Embajada de Nigeria.
El Frente Revolucionario Unido es un grupo de rebeldes que, ante todo, trafica diamantes por armas. Someten o ahuyentan a la población a fuerza de machetes, y pelean contra las fuerzas gubernamentales por la tierra, en una pugna por el control de las minas de diamantes.
Los diamantes de Sierra Leona eran y son contrabandeados a la vecina Liberia para su venta.
De hecho, Sankoh, estableció una lucrativa relación con su viejo amigo Charles Taylor, un rebelde devenido en presidente de Liberia.
El acceso de Sankoh al mundo de los diamantes y las armas quedó asegurado cuando su amigo fue electo presidente de Liberia en 1997. Claro que ambos niegan este vínculo a pesar de la evidencia que exponen diplomáticos, organizaciones humanitarias y expertos en minería.
No es casual que cuando fracasó en tomar Freetown el año pasado, Sankoh firmó un acuerdo de paz con el gobierno de Sierra de Leona, con el auspicio de las Naciones Unidas, que lo posicionó nada menos que como presidente de la Comisión de Minerales Estratégicos del país.