Te pude haber amado
más de lo que sugiere el corazón y el buen sentido,
pude haberte entregado
mi sangre, mi fuerza y mis latidos.
Pude haber sido tuyo a cada instante,
sin respetar ni forma, ni fondo, ni medida.
Pero el tiempo te vuelve desconfiado,
la experiencia te enseña que es distinto querer a ser querido.
Y como tanto di y tan poco he recibido,
me queda a mí el dulce sabor de haberte amado,
pero fue para ti, tan fugaz y sin sentido,
que al final para los dos se convirtió en olvido.