Los contrastes sociales se hacen más evidentes en épocas como la navideña, en que las clases altas y medias incrementan su consumo; los centros comerciales lucen abarrotados y las calles se colapsan con la circulación de cientos de miles de automóviles.
Cada dia me gusta menos la NAVIDAD, según la vivimos.
Pues a mi me ha gustado saber que existen personas que tienen bien claro lo que para ellos significa la Navidad. Vivimos en un mundo en el que los valores están trastocados y le damos más importancia a las cosas materiales que a los sentimientos, a los valores familiares, al respeto, al compartir de corazòn etc. Esos indigentes no son dignos de lástima sino de admiración por su ejemplo, de que más que un àrbol de gente muy pobre, significa la esperanza viva de seres humanos que no pierden la fe y que saben que la felicidad no depende del dinero sino de alcanzar objetivos y metas personales por muy pequeñas y limitadas que sean. .