Sueño con mirar a un desconocido y, de pronto, sentirme enamorada. Me encantaría vivir ese momento”, confiesa Eva, de 32 años. Idealizado, buscado, esperado… A pesar de no suponer ninguna garantía de éxito para la pareja que une, el flechazo es una de las sensaciones más perseguida. De acuerdo con el psicólogo José Antonio Bustos: “La palabra ‘flechazo’ sirve para designar un ‘enamoramiento repentino’, un arrebato pasional que altera profundamente a la persona y que no sólo convoca sentimientos pasajeros. Tras él se suceden inquietudes e ilusiones que caracterizan siempre la primera etapa de una relación amorosa”.
Pero, ¿por qué se produce?, ¿es una sensación al alcance de todos? En opinión de Blanca Armijo, psicóloga: “El enamoramiento es un estado muy complejo del ser humano, con expresiones en el campo cognitivo, bioquímico, afectivo…, que se produce en situaciones de carencia personal. Ésta es la razón de que se viva como una experiencia de cambio, de renovación, de creatividad, de fantasía, de bondad”. Visto así, parece que Cupido no lanza sus flechas al azar, sino que elige cuidadosamente a sus víctimas. ¿Algún voluntario?
Alcanzado por las flechas
Hay parejas que se enamoran nada más verse, personas que han sentido el flechazo en más de una ocasión y otras, como Ramón (37 años), que ni lo han sentido ni creen que lo vayan a sentir: “Para mi el amor es algo que surge poco a poco, con el día a día. Me resulta extraño pensar que es posible enamorarse de un desconocido”. En su libro Sexo, erotismo y amor: complejidad y libertad en la relación amorosa, el psiquíatra Rafael Manrique afirma que los que más se enamoran son los adolescentes y los “cuarentones”. Según lo expertos consultados, esta pasión fulminante aparece cuando hay una predisposición previa. “El amor parte de una carencia original, que llega a buscar en el otro aquello que nos completa y nos tranquiliza frente a los miedos e inseguridades. Las personas capaces de gestionar de forma eficaz sus deseos, se enamoran menos, pero aman y disfrutan más”, afirma Armijo. En la personalidad de cada uno reside el ser o no susceptible de “sufrir” un enamoramiento súbito.
Momentos propicios
Para que exista el flechazo, deben confluir dos variables en la persona: sentimientos de carencia y urgencia por encontrar algo a alguien que la calme. “Hacía más de un año que había roto con mi anterior pareja. Me sentía sola, perdida… Cuando le ví, supe que mi mala racha había terminado”, cuenta Sonia (45 años). El enamoramiento repentino es más frecuente en situaciones de crisis, momentos que también pueden ser vistos como puertas al cambio y la evolución. Aunque no seamos conscientes de ello, siempre existen motivos de peso para que aparezca el flechazo: “En la consulta descubrimos que las parejas no se eligen de manera fortuita, El flechazo puede aparecer cuando una persona que necesita apoyo percibe la seguridad con la que habla un desconocido, o cuando teniendo una profunda sensación de soledad, se encuentra con unos ojos que miran con amor. Un gesto o una mirada pueden transmitir mucho”, comenta la psicóloga.
Contigo al fin del mundo
“La ví entrar en la biblioteca y fui hacia ella. No sabía qué estaba haciendo y tampoco lo que le iba a decir. Lo hice sin pensar y salió bien”, nos cuenta Alfredo, 29 años. Sentirse atraído por una persona puede ser relativamente fácil. Pero, ¿hasta dónde se está dispuesto a llegar por un desconocido? Algunas personas son capaces de dejarlo todo, relación amorosa, trabajo, casa, ciudad… por un amor súbito. “El enamoramiento” es un estado de enajenación mental transitoria. Partiendo de esa base, podemos decir que existe cierto riesgo en tomar decisiones drásticas en esta situación. A pesar de este peligro, pienso que es algo que todo el mundo debería disfrutar en algún o algunos momentos de su vida”, opina la terapeuta. Es necesario apuntar que esta capacidad de entrega tan repentina no está en todas las personas. Para dejarse llevar es necesario dejar a un lado miedos y prejuicios, y no siempre se está dispuesto a ello. Por esta razón, es habitual que el “flechazo” se trunque pronto, que no pase de una sola mirada o una primera conversación.
¿Flechazo = final feliz?
El hecho de que una relación comience lentamente o de manera apasionada no influye en el futuro de la pareja: “No parece que el primer encuentro sea determinante para establecer las posibilidades de éxito, en el sentido de durabilidad, en una relación de a dos –afirma Bustos-. Mantener una relación de pareja depende de otras condiciones: en primer lugar, de la capacidad de dar al otro, pero, sobre todo, de la tolerancia para sobrellevar la inevitable insatisfacción que tarde o temprano nos embriagará”, añade el psiquíatra. Para establecer una hipótesis de compatibilidad o de futuro de pareja, podemos analizar los motivos que llevaron a cada uno de sus miembros a elegirse. Así, en algunos casos, se podrá observar que existen carencias afectivas importantes en cada uno. De acuerdo con Armijo: “En los casos en que la carencia es mayor, el sentimiento de enamoramiento y de fusión con el otro al inicio de la relación también puede ser mayor, y, por tanto, la frustración posterior está casi asegurada. En todo caso, para que las relaciones de pareja salgan adelante, el enamoramiento es una parte importante que no hay que temer ni apagar, sino disfrutar mientras dure”.