AÑOS DE MI VIDA
Si incendiara los años tan baldíos
vividos sin amar, seco ramaje
de tan vasta arboleda en mi paisaje,
volvería a mis treinta, y a sus bríos.
Si arrojara a la hoguera los despojos
de aquellos en que amé, mas no fui amado,
tornaría a los veinte, desangrado,
mas desbordándose de luz mis ojos.
Si desprendido al fin del cargamento
de los años de inútiles latidos
y canto insustancial a los sentidos,
lograra atomizarlos en el viento,
llegaría al entorno de la infancia,
cuando el amor está aún por aprender;
andamos por la vida sin saber,
y pagamos al fin nuestra ignorancia.
Pocos veremos desde los noventa
en que a la vez se nos amó y amamos.
Y en el momento justo en que nos vamos
sabremos que eso es lo único que cuenta.