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EL RINCON DE CELE: YO ACUSO ( 1º )
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: cele19331  (Mensaje original) Enviado: 26/01/2011 17:46

 Yo acuso

 

(1º)

El sábado 5 de enero de 1895 tenía lugar en el gran patio de la Escuela Militar de París una triste ceremonia. Ante la tropa formada en cuadro un militar era degradado. Se llamaba Alfred Dreyfus. Apareció en el patio con paso decidido y en posición de firme escuchó la sentencia: "Alfred Dreyfus, no sois digno de llevar las armas. En nombre del pueblo francés os degradamos".

  Se le arrancaron los galones de oro de su gorra de capitán, los que adornaban sus mangas, los botones de oro de su guerrera y al final se le rompió su sable. Dreyfus, inmóvil, no dejó su posición de firmes, y sólo repetía:

  -¡Soldados, se degrada a un inocente! ¡Soy inocente! ¡Viva Francia! ¡Viva el ejército!

  Al terminar la ceremonia, con voz mecánica iba repitiendo: "¡Soy inocente, soy inocente!".

  Parecía que aquel acto cerraba para siempre un misterioso asunto de espionaje que se remontaba a pocos meses antes del episodio narrado en el que no faltaron grito entre el público que en la plaza frente a la Escuela Militar se agolpaba tumultuosamente. Se oía decir: "¡Viva Francia! ¡Viva el ejército!" y "¡Mueran los judíos!", pues no se ha de olvidar que Dreyfus era judío.

  Todo había empezado en septiembre del año anterior. En el despacho del agregado militar de la embajada alemana en París trabajaba como asistenta una mujer analfabeta que, por encargo del servicio de espionaje francés, recogía todos los papeles que se tiraban para entregarlos a los jefes de dicho servicio. La mayoría eran papeles sin ningún interés, pero un día uno de ellos mereció la atención del contraespionaje francés, pues se trataba de unos datos referentes a ciertos aspectos técnicos de un nuevo cañón, amén de notas sobre el movimiento de tropas y otros temas militares, con especial referencia a cuestiones de artillería. Como el documento era manuscrito se buscó, entre los militares que tenían acceso a la documentación privada, aquel cuya letra correspondiera a la del famoso papel. El oficial encargado de ello era un antisemita notorio, lector asiduo del periódico La Libre Parole, dirigido por un antijudío, también notorio, llamado Drumont según el cual todos los males de Francia tenían origen judío. No es pues de extrañar que siendo Dreyfus el único judío del grupo se sospechase de él.

  Dreyfus fue convocado en el despacho del encargado de las investigaciones, un tal Du Paty de Clam, quien fingiendo haberse herido en una mano pidió a Dreyfus que escribiera una carta en la que, mientras dictaba, iba introduciendo palabras del famoso documento. Como hacía frío, Dreyfus temblaba un poco, lo que para Du Paty era un signo de culpabilidad, por lo que, sin vacilar, acusó a Dreyfus de alta traición.

  Los grafólogos consultados por el ministerio no se pusieron de acuerdo sobre la identidad de las dos escrituras, por lo que se pensó por un momento trasladar a Dreyfus a otra oficina o mandarle a una guarnición lejana y tapar el asunto.

  Pero el 29 de octubre el periódico La Libre Parole publicó con grandes letras el arresto del oficial judío Alfred Dreyfus. Quien informó al periódico fue el comandante Henry, también antijudío. El asunto no pudo taparse, se enjuició a Dreyfus, que fue condenado a la deportación perpetua y a la degradación.

  No obstante todo ello Francia se dividió entre dreyfusards y antidreyfusards, con mayoría notable a favor de los segundos.

  La cosa no parecía que iba a tener continuación, pero el 13 de enero de 1898 el periódico L'Aurore, que dirigía Georges Clemenceau, publicaba en primera página una carta al presidente de la República Félix Faure titulada "Yo acuso". La firmaba Emilio Zola.

(continúa) 

CARLOS FISAS Frases que han hecho Historia

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