Te marchas... envuelta en bruma,
la humedad de la noche te recibe,
es el adiós de amantes...
sutil, etérea, caminas decidida...
mi alma llora de pena, de pena de amor...
El adiós en la fría madrugada de agosto,
te despiden mis despojos...
ya no seré el mismo,
tu adiós aún retumba en mis oídos...
Las frías manos quedaron esculpidas
en mi rostro, una caricia sin amor,
y un amor que se fue ...
Siento los pasos, giran en la mojada calle,
se confunden en mis ojos lágrimas doloridas...
El adiós flota en el aire como puñaladas
que abren mi cuerpo...
Fue en la madrugada de ese amanecer violento,
choque de luces y noche sin luna...
un adiós... tan simple que me dejó sin vida.
Marcelo Romano
Salta-Argentina