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EL RUIDO DE EL ALMA
Es fácil definir: el ruido del alma.
Ira. El irritante invisible del corazón.
Ira. El despiadado invasor del silencio.
Cuanto más fuerte se hace, más nos desesperamos.
Algunos estarán pensando: No tienes idea de lo difícil que ha sido mi vida. Y
tienes razón, no la tengo.
Pero sí tengo una idea muy clara de lo desdichado que será tu futuro a menos que
logres dominar tu ira.
Toma una radiografía del mundo del vengativo y contemplarás un tumor
de amargura: negro,
amenazante, maligno. Carcinoma del espíritu.
Sus fibras fatales trepan alrededor del corazón y lo destruyen.
El ayer no lo puedes alterar, pero tu reacción ante el ayer sí.
El pasado no lo puedes cambiar, pero tu reacción a tu pasado sí.
Nunca dejes que el ruido del alma te impida disfrutar del silencio del espíritu.
Es en el silencio de la
quietud espiritual cuando podemos escuchar la susurrante voz del Maestro.
Sòlo se escucha
cuando ya hemos desterrado el ruido del alma...
La Ira.
D-A
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