Totalmente de acuerdo . Hay que estimularlos, ser sus amigos, aunque en algunos casos haya que hacer gala de mucha tolerancia. Es mucho mejor prevenir que lamentar.
Mi hijo menor, cuando tenìa 13 años viviò la experiencia más amarga de su vida y fue la muerte de un amiguito que se suicidó porque los padres además de menospreciarlo con improperios, lo exhibian delante de todo el mundo porque estaba muy mal en matemàticas. Si ese mes no mejoraba lo sacaban del colegio.
Como salió mal optó por suicidarse en la escalera de su casa. Ese fue el premio que recibieron sus padres al regresar a su casa. Después, se lamentaban de no tener otra oportunidad para comprender mejor a su hijo.