Extraído de la resina de un arbusto que crece en el nordeste de África, Arabia e Irak, en zonas de mucha sequedad, de ahí que tenga ese color rojizo al haber captado la energía del sol. Los egipcios lo usaban en sus rituales de adoración al sol.
Ayuda a rejuvenecer la piel sobre todo si está aflojada y el paciente débil, cura las heridas, disminuye su inflamación y previene la gangrena.
Es de naturaleza calentadora y secante, impide las putrefacciones, regula en los trastornos uterinos, favorece la menstruación y el parto, ayuda a expulsar los restos del parto, cura la leucorrea (flujo del útero).
A nivel respiratorio es útil en catarros , roqueras, cuando se pierde la voz. Se usa en enfermedades infecciosas, tanto por vía interna como inhalando el humo resultante de quemarlo en carbones encendidos.
Usar en la bronquitis crónica, asma, es expectorante cuando hay moco denso reuma, diarrea, siempre que haya debilidad.
Estimula y fortalece, sobre todo a nivel pulmonar y cuando exista una condición YIN (frío, debilidad, insuficiencia de energía).
En el aparato digestivo es estimulante de los jugos gástricos, corrige los gases, la diarrea, abre el apetito, quita la halitosis y alivia las hemorroides.
En la boca actúa curando la piorrea y las úlceras.
No debe usarse en el embarazo.
Déjate ayudar con la energía del astro que nos da la vida