El enebro pertenece a la familia de las coníferas.
Es yang, lo que le confiere cualidades en los casos de frío, miedos, debilidad y falta de energía.
Para obtener la esencia se hace a través de los frutos de este arbusto que puede alcanzar hasta los 10 metros de altura.
Muy usado en el Tibet con fines religiosos y medicinales, los franceses lo usaban quemado para desinfectar las habitaciones con enfermos.
Según Culpeper es un contraveneno para la peste, picaduras de animales venenosos, retenciones de líquidos, ayuda a bajar la regla, expulsa los gases, fortalece el vientre, corta las infecciones, quita las lombrices en los niños.
Es un fortalecedor de los riñones cuando se hallan mal por causa del corazón o del hígado.
Actúa sobre la piel, la digestión, la sangre y el sistema nervioso.
Muy desinfectante en las infecciones de orina, respiratorias, digestivas o de la sangre.
Diurético y depurativo que puede usarse en el caso de reumatismo, hipertensión y gota, además en los problemas de la piel como eccemas, psoriasis, dermatitis, heridas, pérdida del cabello, hemorroides, neuralgias y acné.
Tomar en caso de infecciones urinarias, falta de orina y en los cálculos renales.
También len las indigestiones, gases, cólicos.
Fortalece el sistema nervioso, ayuda en las reglas dolorosas, la parálisis y la epilepsia.
Es afrodisíaco.
Es de muy baja toxicidad y puede usarse de forma indefinida sin ocasionar ningún mal al organismo, aún así no se aconseja usar más de dos meses ninguna planta porque el organismo se acostumbra y deja de hacer el efecto deseado, mejor alternar con otras plantas de efectos similares.
Se usa por vía externa en forma de fricciones y por vía interna en forma de esencia o hirviendo las bayas.
Tratamiento: Tomar una o dos gotas de la esencia pura, dos o tres veces por día, diluidas con un poco de agua.
No usar en el embarazo (pues podría provocar un aborto) ni en las nefritis o inflamaciones graves del riñón.