¿Eres más cerebro derecho
o cerebro izquierdo?
El lado izquierdo gestiona nuestro pensamiento analítico; el derecho, la instuición, y cada uno de nosotros utiliza más una parte que otra. ¿Cómo influye esto en nuestra personalidad y forma de actuar? Explicaciones y test para saberlo.
Hasta octubre de 1989, de Jon Sarhin podían decirse muchas cosas, pero no precisamente que tuviera un temperamento artístico y, mucho menos, de artista bohemio. Sarkin, nativo de Nueva Jersey, de 50 años, fue, hasta entonces, un hombre honrado y previsible, quiropráctico, con mujer y un hijo pequeño, metódico, tímido ... y del montón. A la edad de 35 años se sometió a una operación en el cerebro tras un infarto que exigió la extirpación de parte de cerebelo. Pasó dos meses semicomatoso, y al despertar, pareció haber recuperado todas las funciones. Todo parecía normal, solo que el que salió del hospital fue una persona completamente diferente de la que había entrado. El hombre tranquilo, equilibrado y tímido se había convertido en una persona ruidosa, impulsiva y capaz de drásticos cambios de humor, poseída por una obsesión feroz: crear arte.
Intentó volver a su trabajo, pero en lugar de tratar a sus pacientes solo pensaba en pintarlos. Desde entonces se ha dedicado compulsivamente al arte, expresando una personalidad completamente distinta a la que le caracterizaba antes de la operación.
Cómo nos condiciona
"En lesiones cerebrales, además de los cambios orgánicos, se observan a menudo cambios del comportamiento -señala el neurólogo Ventura Anciones-. El individuo reacciona a la parte que ha perdido con la lesión, y suelen ser cambios llamativos".
Estamos acostumbrados a relacionar el cerebro con capacidades y funciones, pero el órgano que controla nuestra inteligencia, memoria y sentidos condiciona también nuestra manera de ser. Si somos creativos o lógicos, prácticos o soñadores, tímidos o descarados depende de nuestra estructura cerebral, un campo que todavía encierra más misterios de los que se conocen.
Se sabe, al menos, que nuestra personalidad está determinada en buena medida por el hemisferio cerebral que domine en nosotros. En las personas diestras, el izquierdo es el hemisferio del lenguaje, el cerebro racional y lógico. Piensa en serie y reduce los pensamientos a números, letras, palabras. Por el contrario, el derecho es intuitivo y no verbal: piensa en patrones, imágenes, más capaz de concebir el todo de cada cosa que los detalles.
Una lesión en el hemisferio izquierdo puede hacer que se olvide la letra de una canción, pero se sigue recordando la melodía. En cambio, el derecho está vinculado a la música, al arte, a la contemplación, a la meditación silenciosa, de modo que una lesión en él puede hacer que la persona olvide la música de una canción, pero recuerde perfectamente la letra.
"En la vida diaria utilizamos continuamente un hemisferio más que otro- comenta Ángel Luis Peña, profesor de Anatomía Humana-. Muchas de las cosas que hacemos diariamente como escribir, hablar, oír música, están "lateralizadas". Así, el lenguaje hablado depende del hemisferio derecho, igual que la capacidad artística, la síntesis y las tareas visuo-espaciales. Otras lateralizaciones para el hemisferio izquierdo son el cálculo matemático y el análisis, entre otras".
Lo normal es que siempre haya un hemisferio que domine nuestra conducta, en la mayoría de los casos, el izquierdo. Aunque ambos están siempre conectados entre sí, actuando cada uno como procesadores independientes con funciones complementarias, la parte izquierda -la dominante- parece más estrechamente asociada con la consciencia.
Un terreno sin explorar
¿Podemos alterar nuestro modo de ser potenciando el hemisferio normalmente más débil? "El cerebro es un órgano más plástico -transformable, adaptable- de lo que se creía antes -señala Ignacio Morgado, catedrático de Psicobiología-. Esta plasticidad se mantiene durante toda la vida, no solo cuando somos niños".
Se ha empleado, por ejemplo, la meditación y el aislamiento como medios de alterar la dominancia, de hacer que pase de dominar el hemisferio derecho en vez del izquierdo. La idea es que el lado izquierdo, al carecer de estímulos -datos- mediante la privación sensorial se "adormezca", pasando a dominar nuestra consciencia el lado derecho.
El cerebro es todavía, en su mayor parte, un terreno sin explorar, como reconocen los propios expertos. Aunque cada día se conocen mejor las zonas del cerebro asociadas a las distintas funciones y especializaciones de los hemisferios cerebrales, de su relación con la manera de ser de las personas solo se sabe que existe, pero no cómo opera concretamente. "Se sabe que las alteraciones orgánicas en el cerebro producen cambios de comportamiento, a veces drásticos y otras veces sutiles", afirma Ángel Luis Peña. "Cabe recordar la historia del palafrenero Phineas Cage, que se dañó la región prefrontal. No mostró alteraciones en su inteligencia, hablaba normalmente, no tenia parálisis, pero poco después del accidente cambió radicalmente su personalidad, pasando de ser uan persona comedida, educada y trabajadora a convertirse en un disoluto, sin capacidad para evaluar las repercuciones de sus actos".l
MERCEDES PELÁEZ