Un gesto
Revolucionario
El 1 de diciembre de 1955 Rosa Parks se negó a ceder su asiento a un hombre de raza blanca en el autobús. Su decisión inició la lucha por los derechos civiles en EE.UU.
En Estados Unidos, donde la esclavitud de la población negra fue abolida en 1865, el racismo continuó formando parte de la vida cotidiana hasta un siglo después. En 1964, el Acta de Derechos Civiles puso fin a la discriminación en lugares públicos, en el gobierno y en el empleo. El camino hacia el fin de la segregación racial en Estados Unidos estuvo jalonado por grandes y pequeños gestos de multitud de hombres y mujeres que se convirtieron en héroes anónimos movidos por el coraje y la fuerza que da vivir en un mundo injusto.
Estaba cansada
El 1 de diciembre de 1955 Rosa Parks volvía en autobús de su trabajo de costurera. Poco a poco el autobús se fue llenando, y cuando algunas personas de raza blanca no disponían de asiento, el conductor pidió a tres mujeres negras que cedieran sus asientos y se movieran a la parte de atrás, reservada para la gente de color. Rosa Parks era una de ellas. Aquel día Parks “ya estaba harta de ceder y ceder” y se negó a dejar su asiento. Aquel acto de rebeldía le llevó a la cárcel y a convertirse en icono de la lucha por los Derechos civiles en Estados Unidos.
Rosa Parks pertenecía a una asociación a favor de los derechos civiles. Sus compañeros comenzaron una protesta poco después de que fuera arrestada. A través de la radio exhortaban a la comunidad negra a no utilizar el servicio de autobuses el lunes siguiente a su detención. El “lunes” de protesta duró más de un año. Durante 381 días, la población negra de Montgomery se negó a subir a ningún autobús.
Por fin todo cambió
El caso llegó a la Corte Suprema de EE UU, que declaró que la segregación en el transporte estaba en contra de la Constitución estadounidense. Esa victoria se podía calificar de revolucionaria porque afectaba a las leyes segregacionistas de carácter estatal, no sólo a las de comercio interestatal. A principio de los 60 Parks se trasladó a Detroit, donde trabajó con John Conyers hasta 1988.
Reconocimientos
Después de toda una vida batallando contra el racismo, Parks recibió una medalla de oro otorgada por el Congreso de EE UU en 1999. Unos años antes, en 1983, Rosa fue incluida en el Michigan Women’s Hall of Fame por los logros conseguidos en cuanto a los derechos en EE UU.
El rosa Parks Library and Museum fue bautizado en su honor en noviembre de 2000. Rosa Parks murió a la edad de 92 años, el 24 de octubre de 2005, en la casa de retiro en la que pasó sus últimos años. En 2004 le fue diagnosticada una demencia progresiva. Ese mismo año, los restos de Parks fueron honrados en la rotonda del Capitolio, siendo la primera mujer en recibir este honor.