EL OFICIO DE SEMBRAR
Hay seres humanos que son como la piedra del camino. No les penetra ni el agua ni el sol. No les penetran ni las balas. Lo mismo les da morir que matar; y si le hablas del bien obrar se ríen de ti.
Otros tienen el alma llena de piedras. No dejan sitio para la buena tierra. La semilla que cae allí brota de momento, pero luego se pierde. Con esa agente no se puede ir a ninguna parte.
Otros están llenos de espinas. Sería buena gente si no tuvieran tantas tonterías entre manos. Se les va el tiempo en sosadas. Nunca están para nada porque están llenos de complejos.
Los hay que son tierra buena. Hay muchos, no cabe duda. Y, según sus posibilidades, unos dan mucho fruto y otros menos. Pero todos hacen lo que pueden. Gracias a ellos prospera la sociedad.
F.NUÑEZ