Domingo de Ramos
Abre solemnemente la Semana Santa,
con el recuerdo de las Palmas y de la pasión,
de la entrada de Jesús en Jerusalén y la liturgia de la
palabra que evoca la Pasión del Señor.
Vamos con el pensamiento a Jerusalén,
subimos al Monte de los olivos para recalar
en la capilla de Betfagé,
que nos recuerda el gesto de Jesús, gesto profético,
que entra como Rey pacífico,
Mesías aclamado primero y condenado después,
para cumplir en todo las profecías. .
Por un momento la gente revivió la
esperanza de tener ya consigo,
de forma abierta y sin subterfugios
aquel que venía en el nombre del Señor.
Al menos así lo entendieron los más sencillos,
los discípulos y gente que acompañó a Jesús,
como un Rey.
La liturgia de las palmas anticipa en este domingo,
llamado pascua florida, el triunfo de la resurrección;
mientras que la lectura de la Pasión nos invita a entrar
conscientemente en la
Semana Santa de la Pasión gloriosa y
amorosa de Cristo,
el Señor.
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