EL OCIO"
La vida es suma y resta; resta lo menos posible.
Si quieres escalar una montaña no mires para abajo, preocúpate por dónde vas a apoyar la
mano.
Cuando vuelvo sé que fui, pero cuando voy no sé si volveré.
Poco importa que tu hijo no siga tu huella; lo importante es ayudarlo a hacer la suya.
Si ganaste una guerra, no te alegres; piensa que, también, puedes haber perdido la paz.
No todos los caídos merecen ser levantados...
Muchas cosas suelen tener dos caras; trata siempre de ver ambas.
No camines nunca sin saber hacia dónde, cuándo, cómo y por qué.
No te desanimes ante las cuestas, casi todas tienen igual bajada.
Si vas a cortar una vez, mide dos veces.
Si conoces bien las excepciones puedes tirar las reglas a la basura.
Procura que te critiquen por lo bien hecho y no por lo contrario.
La vejez es la experiencia, la juventud lo contrario; sabiduría es consumir de la primera
cultivando la segunda.
No es de hombre pedir ventajas, pero sí concederlas.
Sé lo mejor que puedas ser sin preocuparte por lo que hacen los demás, un árbol solitario
puede valer más que un bosque.
Si invitas a comer no cuentes los bocados; si te invitan, come uno menos.
Escucha con atención hasta al más bruto; siempre se aprende algo.
El mejor maestro no es el que más sabe, sino el que mejor enseña.
Dar siempre puede ser tan malo como no dar nunca.
Haz el bien, pero fíjate a quién; no sea que te falte para un justo.
Cuídate de algunos inteligentes; pero no te distraigas ante los necios.
No te desesperes por hacer el bien todo el tiempo; con sólo no hacer mal ya es suficiente.
La ley no es igual para todos; también en esto existen ricos y pobres.
No ataques a nadie injustamente, pero defiéndete siempre.
De jóvenes arrasamos con todo; de viejos, todo se toma revancha.
Si no quieres que se vacíe la lata debes reponer cuanto sacas.
Amasa, con el polvo de tus derrotas, el barro con que levantarás tus paredes.
Crecer no sólo es ir para arriba, sino también para adentro.
Sé siempre justo y no temas: la verdad en la lengua es como un láser en la mano.
El mejor lugar para guardar libros no es la biblioteca, sino la cabeza.
El golpe más fuerte que se le puede dar a un necio es decirle lo que es.
Si quieres abrazar al mundo, abraza a un niño.
Cada vez que hables, recuerda: lo más importante de lo que se dice, está en el cómo.
Lo que abunda puede dañar tanto como lo que escasea.
Lo único que da el avaro es lástima.
No hacer nada, por no cometer un error, es haber cometido el error más grave.
La crítica siempre es buena: o te hace conocer tus defectos o los de quien te critica.
No busques primero lo agradable sino lo posible.
El progreso de la humanidad se debe al uno por ciento de nosotros; los demás somos meros
consumidores.
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