Novelista y crítica británica, revolucionó el mundo literario con su técnica del monólogo interno, creando unos efectos psicológicos raros en su época. Descubrió que con la imaginación se podía modificar la realidad.
"Lo que cuenta es liberarse uno mismo, descubrir nuestras propias dimensiones, rechazar los obstáculos"
En sus escritos incitaba a cada mujer a ser ella misma por encima de cualquier cosa, tomando ejemplo de aquellas mujeres que habían vivido antes que ellas. Enseñaba la necesidad para cada una de contar con unos ingresos suficientes y una habitación propia para poder crear y adquirir el hábito de la libertad, tan poco habitual en la época victoriana en la que le tocó crecer.
Consideraba -y demostró- que el talento de la mujer podía ser igual de bueno que el del hombre, a pesar de la arrogante afirmación masculina de que nunca ha habido ni habrá un Shakespeare femenino.
IDEAS CLAVE DE SU PENSAMIENTO
LA FUERZA DE LA VIDA INTERIOR.
"Cada uno tiene su pasado encerrado dentro de él como las páginas de un viejo libro que conoce de memoria, pero del que sus amigos solo podrán leer el título", escribió. Entendía que era prácticamente imposible conocer a alguien, escribir de alguien, sin conocer sus terremotos internos, que, al fin y al cabo es lo que forma la personalidad de cada uno. Esta fue una de sus grandes aportaciones: romper con las rutinas del realismo propio de la época, pobre y melodramático para rescatar, a base de pinceladas, de mezclar con absoluta maestría el pasado y el presente.
Consideraba que era importante conseguir captar lo transitorio, aquellos pequeños detalles apenas sin fuerza aparente, pero con una gran carga emocional que nadie ha tomado nunca la molestia de decir o de escuchar; porque se dicen a medias y se van formando cuando las mujeres están a solas con ellas mismas. Porque en ellos radica la esencia de cada uno, aquello que nos hace avanzar, retroceder, seguir un camino, hacer elecciones, encantarnos y desencantarnos.
EXPRESAR EMOCIONES.
La pérdida prematura de su madre la marcó profundamente. Durante años, hasta llegados los 43, estuvo obsesionada con su recuerdo, y la buscará en todas las figuras femeninas de su entorno. Hasta que encontró una forma de liberarse de ella: expresando emociones, escribiendo sobre ella, rescatando todos los recuerdos que pervivían en su memoria. Con pasión y por primera vez, con gran facilidad, se lanza a hablar de ella en Al faro, un poema psicológico, en el que cada página escrita la liberará poco a poco y definitivamente de su pasado.
SER INDEPENDIENTE.
Al sufrir en carne propia la injusticia de recibir una educación diferente a la de sus hermanos por ser mujer, su vida fue una continua lucha en defensa de la igualdad de oportunidades entre ambos sexos.