Apuntes biográficos de Miguel de Molina [Miguel Frías de Molina]
Miguel Frías de Molina nació en Málaga, España, el 10 de abril de 1908. Hijo de una familia humilde vino al mundo en una Andalucía donde habitaba la pobreza, los terratenientes, el clero de la época, la superstición...y todo ello suponía un caldo de cultivo para provocar una guerra civil como ocurriría posteriormente. Su padre era epiléptico y pasaba los días postrado en la cama. El pequeño Miguel aprendió muy pronto que la vida iba a ser dura para él. Rodeado siempre por mujeres (su abuela, su madre y sus cuatro tías) no fue de extrañar que a los 8 años Miguel y sus amigos organizasen un baile donde se juntaron cuatro chicos y dos chicas. Como no podían formar parejas propusieron a Miguel que se vistiese de chica, y este, con la mayor naturalidad del mundo así lo hizo. Su madre, preocupada por la educación del niño, consigue que ingrese como interno en un colegio de curas, y allí, uno de los sacerdotes, cuando Miguel acude a una de sus llamadas, intenta besarle en la boca, y el niño tímido y retraído le golpea con un tintero en la frente. Es expulsado del colegio e ingresa en otro de monjas, donde tiene una estancia más normal. En sus ratos libres se dedica a vender golosinas en la calle y con el dinero que gana acude a presenciar espectáculos de variedades que se celebran al aire libre, y a los 13 años, cuando cree que ya ha aprendido bastante en el colegio, decide marcharse del hogar familiar en busca de nuevos horizontes. Llega a Algeciras y consigue trabajo en un burdel regentado por «Pepa la Limpia». Miguel es contratado para ayudar en la limpieza del burdel, hacer la compra y cocinar. “Pepa la Limpia” y su amante invitan a Miguel a viajar a Granada para presenciar un espectáculo organizado por Manuel de Falla y Federico García Lorca. Desde ese momento Miguel sentirá una gran admiración por Lorca, a quien conocerá personalmente más adelante, aunque de una forma superficial, pese a que ya durante toda la vida de Miguel, los poemas de Lorca le acompañaran en todo momento. Cansado de trabajar en el burdel de Pepa, Miguel viaja a Tetuán y de allí a Granada donde organiza espectáculos para los turistas, aunque él, todavía no haya descubierto su vocación artísticas. El trabajo de Miguel es reclutar a turistas y llevarles a cualquier tablao flamenco. La simpatía y el buen hacer de Miguel no pasan desapercibido para un visitante de Sevilla, quien le convence de que viaje a la capital hispalense que está a punto de abrir las puertas a la exposición universal de 1929, y donde el trabajo no le faltará. En Sevilla, Miguel sigue organizando espectáculos para turistas hasta que es reclutado en 1930 para el servicio militar en Madrid. Allí consigue se le destine a Algeciras, donde «Pepa la Limpia» mueve los hilos de sus amistades más intimas entre el ejército algecireño, y Miguel es rebajado de servicio. Un año después se proclama la república y es entonces, cuando Miguel Frías se decide a dedicarse profesionalmente al mundo del espectáculo. Se convierte a partir de ese momento en Miguel de Molina y populariza canciones como «El día que nací yo» y «Ojos verdes». Al mismo tiempo obtiene un gran éxito bailando el «Amor Brujo». Miguel de Molina es un artista de composturas muy finas pero no amaneradas. Rompe moldes utilizando chaquetillas muy ajustadas y floreadas que marcarán su personalidad. Miguel triunfa en Madrid, pero será en Valencia donde alcance su madurez artística. Recorre casi las poblaciones valencianas actuando en teatros de Alicante, Castelló, Sueca, Xàtiva, etc. El estallido de la guerra civil le coge rodando su primera película en Barcelona, y que nunca sería estrenada. Miguel de Molina vuelve a Valencia donde adquiere una casa para vivir junto a su madre. Es reclutado por el bando republicano para un servicio militar, pero su condición de artista le permite ser elegido para actuar por los pueblos y ciudades ante las tropas republicanas. Miguel de Molina declararía que cuando vio la película “Ay Carmela”, le recordaba los tiempos en que él hacía lo mismo: levantar los ánimos del ejército republicano. En Teruel actúa en el frente de guerra y en mitad de la actuación sufrieron un ataque de las tropas de Franco, que finalmente logran entrar en Valencia. En ese momento se le recomienda a Miguel de Molina que asista a recibir a las tropas franquistas en la capital valenciana si no quiere tener problemas, y Miguel asustado, asiste a la entrada junto a otros artistas que son colocados en una tribuna, siendo obligados a realizar el saludo fascista. En la España ya franquista Miguel de Molina recibe la visita de un empresario, miembro del Movimiento, quien le obliga a firmar un contrato para actuar por toda España a cambio de 500 pesetas por actuación, cuando anteriormente llegó a cobrar 5.000. Si no acepta las condiciones, se le prohibirá trabajar y su pasado como artista en las tropas republicanas le pasará factura. Miguel manifestó siempre que sus ideas eran las del respeto mutuo y la libertad de todos los hombres, pero la época no entendía de esta filosofía.
(Continúa)
Cele -Celestino-
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