Un elefante se separó de la manada y fue a cruzar
un viejo y frágil puente
de madera tendido sobre un barranco.
La débil estructura se estremeció y crujió,
apenas capaz de soportar el peso del elefante.
Una vez a salvo al otro lado del barranco,
una pulga que se encontraba alojada
en una oreja del elefante exclamó,
enormemente satisfecha:
“¡Muchacho, hemos hecho temblar ese puente!”.
Anthony de Mello
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