EL MIEDO A LOS HIJOS - REFLEXIÓN - EL RINCON DE LA VERDADERA AMISTAD

Le tuvimos miedo a los hijos, a las huellas que el "NO" podría dejarles; espanto a equivocarnos, a marcarlos.
Nos equivocamos y los marcamos, fundamentalmente con el vacío, con la ausencia, con otro NO, que es la privación de límites, tradiciones, costumbres, maneras, modos.
Por cierto que todo eso no es lo más importante. Como el marco del cuadro. Para nada importante, quizás. Eso aprendí, desde mi rebelión juvenil a mi rebelión de adulto: el marco no vale nada, pero sin él no tiene posibilidad de exponerse la tela que vale tanto.
Lo importante, se dijo, es el sentimiento. Y se creyó que el sentimiento, si se lo deja solo, fluye e irradia flores. Se lo dejó solo e irradió tempestades.
Algo falló, indudablemente. Fallamos todos en nuestro romanticismo acerca del alma humana, que lanzada a una libertad sin límites, sin demarcaciones de territorios, sin educador de maneras, podría —no nos cabía dudas— dar lugar a un mundo mejor, más sincero, más poético, más bello.
No se dio, lamentablemente.
Lo nuevo es que sabemos por qué no se dio: la demolición de los límites, o su mera ignorancia, produjo el caos, que nada tiene que ver con la libertad.
Que cada uno haga lo que le parezca, hijo mío, no es libertad; es capricho, neurosis y caos. Su producto no es la felicidad; es la incomunicación y la angustia.
Ahora que lo sabemos, debemos, conjuntamente, poner manos a la obra. La tela, la hermosa tela del alma, de los ideales, del bien, de la fraternidad y de la ecología universal, la tenemos. Nos falta tan sólo el marco para sostenerla, para darle presencia y realidad de vigencia.
El marco es: deber, compromiso, acción."

(Del libro : "El miedo a los hijos" de Jaime Barylko)

Traje este tema porque a veces podemos entender mejor los problemas que confrontamos actualmente los padres con nuestros hijos, si vemos el ejemplo en otras personas. Esto lo digo porque hace días vengo observando a una madre que todos los días acompaña a la hija de unos 12 años al Colegio que está cerquita de mi casa. Lo que me llama la atención es que la madre le carga todo. Desde la bolsa de gimnasia, la mochila, el paraguas, el abrigo . todo absolutamente mientras que la hija va tres metros adelante de ella hablando por celular.

Esa imagen se repite todos los días y yo me pregunto. Quién es la madre y quién la hija.

Ayer, a la mamá se le cayó un trabajo de la hija y se ensució. La niña se volvió y le ha gritado a la madre como si fuese su esclava. Casi me meto donde no me llamaron pero me dio coraje y pena por esa madre que no le ha enseñado a ser responsable a su hija, no la disciplina ni mucho menos le ha enseñado el signficado del respeto a los mayores. . Allí vi retratado lo que ocurre en esta sociedad que busca respuestas en el aire y no analizan la forma en que están educando a sus hijos.

Que cada uno haga lo que le parezca, hijo mío, no es libertad; es capricho, neurosis y caos. Su producto no es la felicidad; es la incomunicación y la angustia.
Ahora que lo sabemos, debemos, conjuntamente, poner manos a la obra. La tela, la hermosa tela del alma, de los ideales, del bien, de la fraternidad y de la ecología universal, la tenemos. Nos falta tan sólo el marco para sostenerla, para darle presencia y realidad de vigencia.
El marco es: deber, compromiso, acción."

Muy bello mensaje amiga, espero se vaya al panel de reflexiones para no perderlo, y si a estas alturas nos quejamos de los hombres, de los ninos y de todo, cuando las unicas culpables somos las madres, hay que educar con tolerancia pero con mano firme, los hijos son eso hijos no nuestros amigos, hay que vivir en comunicacion pero dejando saber el rol de cada uno, bueno eso digo yo que estoy re loka, feliz tarde de sabado amiga, te mande un correo, besos

Amiga es realmente cierto

Hoy día se intercambiaron los papales y algunos padres realmente tienen miedo a sus hijos.

Cuando son pequeños debemos darle la mano para caminar pero una vez crecieron tienes que soltarla y que caminen solos , y de cada caída habrá un aprendizaje

La culpa la tenemos los padres que consentimos todo a los hijos y olvidamos los valores que nuestros padres nos inculcaron a nosotros

Es realmente bueno este mensaje, me ha gustado muchísimo amiga

Que tengas un lindo domingo!!!

Lola

El marco es: deber, compromiso, acción.

Ahora que lo sabemos, debemos, conjuntamente, poner manos a la obra. La tela, la hermosa tela del alma, de los ideales, del bien, de la fraternidad y de la ecología universal, la tenemos. Nos falta tan sólo el marco para sostenerla, para darle presencia y realidad de vigencia.

Que gran verdad Elisha. Los padres tienen miedo a los hijos, y son los primeros en no inculcar los valores mas fundamentales. Y luego de que nos quejamos?