Abandonada A Su Dolor
Abandonada a su dolor, un día en que la sombra la envolvió en su velo, me dijo el corazón que ella vendría en el milagro espiritual de un vuelo.
Abrí los pabellones solitarios; iluminé los vastos corredores; quemé la mirra de los incensarios, y el frío mármol alfombré de flores…
Llegó, cansada de volar… Yo dije: Alma, mujer inspiradora, rige mi vida entera para siempre. Arde
como la mirra el corazón que inmolo… ¡Amor no llega demasiado tarde a quien se siente demasiado solo…!
AGUSTÍN ACOSTA ( Cuba, 1887 – 19?? )
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