Yo esperaré que llegues
Yo esperaré que llegues, si acaso
vuelves,
apoyado de codos a la ventana,
con las pupilas
fijas en el camino
y los anhelos puestos en la
distancia.
Tendré para la fiesta de tu retorno,
bendita taumaturgia de mi
llamada,
un palpitar de besos entre los labios,
y un vibrar de canciones
en la garganta,
y un temblor de caricias a flor de manos,
y un "que Dios
te lo pague", dentro del alma.
Yo esperaré que vuelvas, y
si es que llegas,
verás con cuanta angustia ya te esperaba,
y en esa
fiesta excelsa de tu retorno,
realización piadosa de mi plegaria,
haré
callar las voces de mis angustias,
y de mis pobres ojos, secar las
lágrimas,
para que mis caricias y mis canciones
y mis besos, rompiéndose
en mi garganta,
en un coro de voces jamás oídas,
bendigan tu retorno y te
den las gracias.