y se vistió con las ropas de la Belleza, y luego partió.
La Belleza también salió del mar, pero no halló sus vestiduras,
y era demasiado tímida para andar desnuda,
así que se vistió con las ropas de la Fealdad.
Y la Belleza también siguió su camino.
Y hasta hoy día, los hombres y mujeres
confunden la una con la otra.
Sin embargo, algunos hay que contemplan
el rostro de la belleza
y la reconocen aunque no lleve sus vestiduras.
Y algunos otros que conocen el rostro de la Fealdad,
y sus falsas ropas no la ocultan a sus ojos...
Khalil Gibrán