Jajajaajajajaja Marthola, yo también pasé por algo como eso. Me libré de los gastos y las acusaciones.
En esa época, teníamos las rejas pero el portón que da al garage y a la entrada de la casa, siempre estaba abierto, igual que tu bien dices, no existía la delincuencia como hoy día. Realmente el portón siempre estaba abierto para que nuestro perro tuviera entrada y salida libre, así que andaba por todos lados, visitaba a todos los vecinos y terminó siendo el perro de la cuadra.
Era un excelente guardián, cuidaba la calle completa, todas las casas, todos los vehículos de los vecinos, etc.
Pero más cuidaba su casa. No era un perro agresivo, pero cuidaba a la perfección, era un Braco Alemán de pelo corto. Jamás mordió a nadie pero mantuvo a raya a todos los merodeadores.
El frente de mi casa por la acera, lo forma una pared y el portón del garage, detrás de esa pared tenemos el jardín.
A mi perro Sandor le encantaba estar acostado en el jardín, en aquel momento teníamos 5 matas de manzanas y muchos arbustos. Una de las matas de manzanas, estaba en la esquina del jardín pegada donde empieza el portón, casi daba a la calle. Mi casa está en una elevación de terreno, hay una rampa para entrar por el portón y el jardín un poco alto a la derecha y hay una media pared que separa el jardín del garage.
No le gustaba que pasaras por la acera de la casa, se acostaba en el portón por la parte de adentro, el portón es de reja, podías verlo perfectamente, si llegabas al portón y el perro estaba allí, te ladraba furioso y te obligaba a bajar la acera, pero nunca mordía, realmente mordió una sola vez que es la del cuento.
Obviamente, cuando el perro te salía de forma tan imprevista, tus gritos se escucharían a 10 calles pero el perro no te mordería, ajajajaajaja, bastantes mentadas de madre que nos echaron por su culpa.
Un día tocaron el timbre, salió mi esposo y se consiguió con un hombre que mi perro lo había mordido en el tobillo, quería que le pagáramos el pantalón, las medias, los zapatos, las medicinas, la antirábica, vacunas, las radiografías, las vendas y de paso el tobillo como nuevo y la gran indemnización en efectivo.
Nos encontramos con una deuda fenomenal.
Analicé todo, tuve una semana para prepararme y muy conocedora de mi perro, de su conducta y de mi casa, analizando los hechos, supe lo que había pasado, así que lleve a Sandor al veterinario, ya había ido dos meses antes, pero igual lo llevé y tomé fotos del frente de la casa en distintos ángulos, hice una carta que me firmaron los vecinos y no fuimos los dos a enfrentar el asunto en la entidad asignada para la cuestión.
El hombre fue con la pata coja, el pantalón, zapato y medias con el colmillazo clavado, facturas, etc. y de paso con un abogado, a mi esposo se le "olvidó" eso del abogado y se llevo muy confiado a la loca de la esposa para que lo defendiera.
-No trajeron su abogado-
Mi esposo: -No-
-¿Por qué?-
-No se nos ocurrió, no lo creímos necesario, creí que acordaríamos algo con usted sin necesidad de incluir abogados-
Aceptó seguir sin nuestro abogado.
Cual Sherlock Holmes, observé cuidadosamente sin decir una palabra, todo lo que el hombre llevó, luego echó su cuento, dijo que él iba pasando y el perro le brincó encima y lo mordió. Su abogado dijo lo que tenía que decir.
Era en la oficina de la jueza, no era un juicio ni mucho menos, ni testigos, ni jurados, bla bla bla.
Vino mi turno:
-Aquí tiene una carta firmada por los vecinos, unas fotos de mi casa, los exámenes de mi perro y el certificado de su veterinario donde consta que está sano-
Me pidió un minuto para ver y leer todo. Y luego me dijo que continuara.
-Mire jueza, de lo único que somos responsables es de tener un perro, de no tener a ese perro amarrado, de tener el portón abierto y matas de manzanas en el jardín.
Si usted pasa por la acera de mi casa, el perro la corretea con ladridos y usted pegará sus gritos, se baja de la acera y el perro la va llevando hasta el medio de la calle, una vez que usted está en el medio de la calle, mi perro se da la vuelta y se mete de nuevo al garage. Eso me ha costado que me mencionen mucho a mi mamá, diariamente a mi mamá me la gritan en la calle, soy culpable de reirme de eso, todos los vecinos se ríen del show.
No creo que con este señor iba a ser la excepción, mi perro cambió de conducta porque fue provocado.
Lo que sucedió fue que este señor pasó por mi casa, vió el jardín y las manzanas. Como el portón estaba abierto, supo que podía entrar, echó una ojeada, no vió a nadie y montó un pie en esta media pared que separa el jardín del garage, tuvo que montar el pie para poder llegar hasta la manzana que se iba a robar, como puede ver, el jardín por este lado es más alto por culpa de la rampa que sube al garage, esa es la mata más cerca y no tendría que entrar completamente al jardín.
La mordida la tiene en el pie derecho y no en el pie izquierdo y eso es porque con el izquierdo ya es demasiado alta la pared y segundo porque montando el pie derecho, se agarra a la pared con la mano izquierda y se impulsa, queda medio montado en la pared, agarra la manzana con la mano derecha, no se cuantas iba a robar y baja su pie y se va como si nada.
Mi perro estaba acostado detrás de este arbusto a la derecha y este hombre no lo vio y menos se imaginó que allí podía estar el guardián de las manzanas, no se si le dio tiempo de robarse la manzana antes del mordisco, no las tenemos contadas, pero lo que sí se que no se fue de mi casa como si nada, acepto que mi perro lo mordió.
La carta era una constancia firmada por los vecinos donde decía que en 10 años, el perro había cuidado la calle y la casa de todos y que jamás había mordido a nadie, ni adultos ni niños. Las fotos mostraban mi versión.
No pagamos un centavo. Nos pidió que cerráramos el portón y nos pidió encarecidamente que no lo amarráramos.
Y antes de salir le dije al hombre:
-PREGÚNTALE A TU ABOGADO CUANTO TE VA A COSTAR ESA MANZANA-
Como una semana después, el 20 de Diciembre, pasó por la casa, nos dijo que al fin de cuenta éramos vecinos de otras cuadras pero vecinos al fin y que mejor era saldar eso y nos invitó a cenar para el día 21 y celebrar el espíritu de la navidad.
Mi esposo le regaló 5 manzanas para que se le quitara el antojo, ajajaja
El portón siempre estuvo abierto y el perro jamás fue amarrado.
Hoy día no digo lo cierro, le ponemos candado y demás y estamos por montar un cerco eléctrico que no es que evita pero ayuda.
Y no quiero tener más perros porque no quiero llorar su muerte.