No podemos pasar por alto el carácter profundamente penitencial que ha tenido desde siempre la Semana Santa, lo importante en estos días no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender porque murió y resucitó, es revivir su entrega a la muerte por amor a nosotros. La Semana Santa fue última semana de Cristo en la tierra, su resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir eternamente junto a Dios.