El amor a la vida debe primar ante todo, ante los egoísmos y beneficios propios, debe anteponerse el derecho que tenemos todos a vivir en este planeta bello, magnifico y que por maltrato tenemos posibilidades de perder. Pensamos durante mucho tiempo que se podía todo, que los recursos eran ilimitados y que nada era imposible y crecimos en población, en consumo, en abastecernos de cosas innecesarias, y así vivimos sin pensar que todo se podía terminar. Tiramos basura, las grandes potencias tiraron bombas para hacer experimentos que no llevaron a nada.
Y así llegamos a la actualidad con la naturaleza que se revela contra el maltrato del ser humano.
Se acrecentaron tornados, huracanes, tsunamis, sequías, Gaia, dijo Basta...y se esta defendiendo.
Demostremos nuestro amor a la vida, al planeta y a nuestros hijos.
Aquí podremos encontrar lo necesario para aprender a cuidar nuestro hogar, nuestra casa, el planeta que nos cobija y con esperanza cobijará al ser humano en los siglos venideros. De nosotros depende, iniciemos la acción, no solo debemos preocuparnos, sino ocuparnos en una acción conjunta, porque juntos podemos mas...

Tengamos ante todo visión positiva y optimista sobre el mundo, esperando que la conciencia del hombre se abra y comprenda que debe amar la naturaleza ante todo y cuidarla, porque es nuestro patrimonio y el de nuestros hijos y es lo único valioso que podemos dejar a los que nos precederán en esta vida. De que sirve enriquecerse a costa del sufrimiento de nuestro prójimo, de que sirve el crecimiento personal a costa de la destrucción del hogar de todos los hombres, la Tierra. Es responsabilidad de todos, no podemos esconder la cabeza como el avestruz y pensar que aquí no pasa nada, hay que pasar de la inactividad a la acción directa, cada uno desde el lugar que pueda, para ayudar a preservar el medio ambiente, evitando la contaminación, iniciando en nuestros hogares un cuidado de la energía...para que sientan nuestros hijos y generaciones futuras que no solo somos depredadores sino seres hermosos, chispa divina de Dios y herederos de esta maravillosa tierra que todo nos da, y nada nos pide.