Conocimientos inútiles o cultura general, jajaajajaja.
Lo de meter la cuchara en el plato, viene de la época de no se cuando, jajajaa, algo como desde Nerón.
Quizás han visto pinturas o escenas estilo Gobelino, de la época romana y griega. Hubo un tiempo en que no se usaban mesas ni platos. No me pregunten lo de la cuchara, pero si había cucharas.
Las personas comían semirecostadas en almohadones grandototes, algunos en el piso con una cojincito, dependiendo de tu nivel económico.
Las escenas se ven hermosas, casi da envidia, desea uno vivir en esas escenas hermosas y floridas, todas románticas y bien adornaditas.
Pero es porque no pintaban el desastre. Comer de esa forma, resultaba más que incómodo y los chorreados eran fenomenales.
Y para comer, quizás en grupo, usaban vasijas inmensas, supongo que era cuando comían en grupo, quizás si comías solo, la vasija era pequeña.
En los festines y reuniones, servían digamos una sopa, en una gran vasija y todos tenían su cuchara y la metían en la vasija. Comían todos de la misma vasija.
Algún día, le ganó el escrúpulo, la higiene, el asco, etc., a esa asquerosa costumbre y vino el plato y vino la mesa para comer.
Entonces meter la cuchara en el plato, casi nunca tiene buen resultado. A veces no se hace por entrepitura, se puede hacer con la intención de ayudar, conciliar, dar un punto neutro, etc.
Quizás es meter la nariz en donde no se debe.
Independientemente de que mi casa sea o no un caos, yo puedo meter la cuchara en el plato de otro y resolver la situación, de hecho lo he hecho varias veces, por necesidad, porque se que tengo las herramientas para resolver.
¿Por qué no necesariamente mi casa tiene que ser el oasis soñado y puedo resolver un asunto ajeno?, por la sencilla razón de que ese problema no me afecta y tengo el conocimiento, la experiencia, la confianza, un punto de vista neutral, un ángulo distinto, mis emociones no están en conflicto y meto mi cuchara, es más, si no la meto, puedo ser cuestionada.
-¿SABIAS DEL ASUNTO, SABÍAS QUE TENÍAS UN RECURSO MUY BUENO PARA AYUDARLOS Y NO LO HICISTE?, ERES UNA INDOLENTE-
No tiene que ser uno el chismoso, el entrépito, etc., simplemente si yo sé que el conflicto tiene solución, porque tengo la verdad o soy testigo incuestionable, tengo que meter la cuchara en ese plato.
Tengo las herramientas, las pautas, la conciencia plena de una solución, lo mejor que puedo hacer es meter la cuchara en el plato, si no resulta, entonces que no se diga que no lo intenté.
Si no estoy basada en esos argumentos, entonces seré la gran entrépita del año.
Hace como 8 años, metí mi cuchara en un plato, me arriesgué y salvé un matrimonio, soy culpable de que no se divorciaran dos personas que se aman mucho y cada familia en contra del otro, pero a la vez apoyándolos, cada familia metiendo su cuchara, apoyando y la vez cuestionando malas actitudes que todos conocíamos, se cuestionaba y apoyaba por amor, malas actitudes, los dos habían actuado muy mal y nadie sabía que partido tomar, entonces tomaban partido dependiendo del momento en sí, en esta hora apoyaban la decisión de la mujer y destrozaban al hombre, así fueran de su misma familia y en la hora siguiente, apoyaban al hombre.
Justificaban y cuestionaban malas actitudes de parte y parte, las dos familias, es que no sabían que hacer que decir, porque los aman, no es que esta familia ama a la mujer y no al esposo, todos aman a los dos, pero le echaban leña a cada fuego, en vez de apagarlo y lo hacían mal, el apoyo y el cuestionamiento no tenía consistencia.
Así que nadaban todos en agua profundas sin poder dar una brazada.
Decidí que en todo ese enredo sentimental, parecía que la única que tenía alma de muy buena entrépita era yo.
-HAY QUE DECIR LO QUE SE TIENE QUE DECIR PARA QUE CADA UNO REFLEXIONE EN LA ACTITUD DEL OTRO Y EN LA SUYA PROPIA-
Ese era el dilema en la palestra, cada quien sabía que las actitudes de los dos era digna de apoyo y cuestionamiento a la vez, PERO NO SE LO DECÍAN A LOS INTERESADOS.
Metí mi cuchara, hablé con los dos, juntos y separados, primero hablé con cada uno, en completa privacidad, cuando cada quien reconoció que había fallado, cuando cada quien confesó sus sentimientos, cuando cada uno me dijo lo que pensaba, lo que sentía, lo que había sucedido en realidad, cuando vi que estaban además de enamorados, dispuestos a reconsiderar su relación, los invité juntos y hablamos los tres, en mi casa, todos se fueron para dejarme sola con ellos y terminé dejándolos solos en mi casa, me fui donde la vecina, en silencio, creo que ni se dieron cuenta que yo me había ido, tipo escena hollywoodense.
Una hora después me llamaron al móvil, regresé, abrazos, besos, buena vibra, buena disposición y están juntos, resolvieron todo y están de lo mejor.
Les dije lo que necesitaban escuchar, no fueron consejos, no aconsejé, en eso de me divorcío o no, yo no me meto ni loca, pero les hago ver la verdad, les hice ver la realidad de cada uno, el por qué de esto y aquello, la falta de comprensión en la mala actitud hacia el otro cuando justamente tu también te involucraste y fuiste permisivo, tu también tuviste tu mala actitud pero ahora no te conviene y tomaste el camino fácil, asume una mala actitud hacia el otro.
En dos platos, es como: ladrón que roba a ladrón ¿y se sienten insultados si uno le dice ladrón al otro?
Entraron en razón, les di las pautas y gracias a Dios están muy bien, emprendiron su nueva vida, dejando atrás el mal momento.
Los demás se quedaron como pajarito en grama,
-¿y a éstos que les pasó?.-
Mi esposo les decía:
-TERESA HIZO UNA DE SUS TERESADAS-
Estaban metiéndose, sabían la situación en profundidad, inclusive lo hablábamos entre todos, pero nadie decía las palabras correctas.
Yo las dije, quizás la que menos tenía que decirlo, la que menos tenía que meterse, pero se los dije y los dos quedaron en silencio, aceptando y reconociendo sus errores y con los ojos como platos.
A veces tienes que dejar que alguien meta la cuchara en tu plato, porque estás cegado por tus emociones.
A algunos los llaman, jueces de familia, terapeutas y a otros como yo, los llaman la buena entrépita.