No he vivido la vida que desearía haber tenido, no tomé las elecciones correctas, no supe respetarme y valorarme, acepté un mal amor y pensé que nunca podría tener nada mejor…Pero hoy sé que ningún hombre que no sepa respetarme y valorarme podrá merecerme. Hoy sé que soy valiosa y no tengo porqué conformarme. Hoy decido ser la mujer que yo quiero ser. Me ilusioné con quien no debí hacerlo, y pese a todo ese es un error que he vuelto a cometer una y otra vez. Aún he de acabar de aprender que quien te hace llorar no es digno de tu amor. Pues en esta cárcel que es mi vida no hay amor, sólo frío y un encierro que parece eterno. Pues vivo en un encierro de tan oscura soledad que no se disipa ni con la presencia de este hombre que dice amarme. El me amó a su manera, con engaños, con la presencia de otras mujeres, con el horrible olor de un licor que hace daño y el aterrador silencio. Aprenderé a caminar nuevamente, será como salir de una oscuridad en la que mucho tiempo se ha vivido, al principio me dará miedo abrir los ojos ante el sol, que por momentos me sentiré cegada y desorientada, pero que con valor e insistencia alcanzaré a vislumbrar un nuevo horizonte lleno de paisajes y mucha luz. Nunca más agacharé mi cara ni daré amor a quien no lo merezca, pues todo lo vivido me dio valor y hoy por fin sé que valgo demasiado. Sólo me amará quien me sepa apreciar, valorar y respetar; esa persona podrá estrenar mi nueva alma recién liberada de sus cadenas y una condena que termina hoy.
Meliara.