En el Viaje por España, del barón Charles Deviller -que fue ilustrado por Gustavo Doré y que fue editado en París en 1875-, se intenta aclarar esta frase: "No se está de acuerdo sobre el origen de esta expresión, más pintoresca que poética, que en Andalucía se aplica a los novios que hace la corte. Tal vez de la actitud del cortejante, que con su guitarra o mandolina en mano, ofrece parecido al de una pava en la mano izquierda que estuviera pelando con la derecha. Esta operación necesita, en efecto, movimientos repetidos, que no dejan de tener cierto parecido con un guitarrero, pellizcando o rasgando las cuerdas de su instrumento".
De hecho, la explicación parece convincente para un francés, pero no para un español y menos para un andaluz, porque la frase "pelar la pava" se aplicó siempre en Andalucía no al galán nocturno y rondador guitarra en mano, sino al acto del que corteja desde la calle, junto a la reja.
Y, por otra parte, no hemos de olvidar que se aplica indistintamente al festejador y a la mujer festejada. Es posible que se acerque mucho más a la realidad la explicación que daba el folclorista Luis Montoto y que se explicó en un artículo un discípulo llamado Gestoso y Pérez, que se la había oído a Montoto: "Una dueña, vieja y achacosa, ordenó a su criada que matase y pelase una pava para solemnizar la fiesta del día siguiente. Ésta fue a pelarla a la reja, donde acudió su novio. La moza se retrasaba mucho en la faena, como es de suponer. La vieja gritaba: "Muchacha, ¿no vienes?" Y ella contestaba: "Ya voy, señora, que estoy pelando la pava". Volvía a impacientarse la dueña y gritaba: "Muchacha, ¿qué haces?". Y contestaba la moza: "Estoy pelando la pava".
Aunque no sean mucho de confiar estas explicaciones de chascarrillo, que tienen como protagonista a un personaje desconocido, creemos que está muy dentro del humor andaluz inventarse algo absurdo como pelar una pava en una reja para justificar un cortejo. El caso es que la expresión "pelar la pava" ha tenido mucho éxito y se sigue utilizando en toda Andalucía.
Néctor Luján Cuento de cuentos