MUJERES PUMA - EL RINCON DE LA VERDADERA AMISTAD

Las maduritas de hoy salen a cazar… jovencitos. Las llaman “pumas” y son damas que, pasados los 40 y tras un divorcio, una viudez o años de feliz soltería, salen con jovencitos que tienen edad para ser sus hijos.
En los Estados Unidos y Europa son todo un fenómeno social. . Son las “mujeres puma” (cougar women, en inglés), damas que, pasados los cuarenta, deciden salir a buscar el amor en los brazos de chicos que bien podrían tener la edad de sus hijos.
La primera “puma” famosa de la que se tiene noticia es la Mrs. Robinson de El graduado, interpretada por Ann Bancroft, que seducía a un inexperto Dustin Hoffman y le enseñaba los placeres de la vida. Pero esa era la versión 2.0 de la “puma”: algo solitaria, algo desesperada, algo abandonada, que ligaba con un mocoso para llenar su vacío existencial.
Las “pumas” de hoy son mujeres que piensan que, al igual que los hombres, también se merecen carne fresca y potencia en la cama, sin sentimientos de culpa ni censura social.
La “puma” es generalmente divorciada. O viuda. Y, si es casada, tiene un marido tan ocupado, tan aburrido o tan gay que apenas cuenta. No juega jueguitos adolescentes en la relación. Por eso los hombres, que ya han sufrido los arrebatos y remilgos de las jovencitas, la prefieren. Cuando dicen quiero es quiero y cuando dicen no quiero, es no.
Uno de los mitos sobre las pumas es que no quieren relaciones duraderas, sino “agarres” momentáneos. Falso. Ellas quieren compromiso, amor, ternura y pasión. Lo que pasa es que plantean una relación de iguales y, como casi siempre son mujeres económicamente realizadas, no temen ganar más dinero que su pareja o, incluso, ayudarlo económicamente.
Esto a veces hace que muchos jovencitos crean que, cuando se meten con una puma, sus problemas financieros se acabaron. Craso error: una auténtica puma sabe cuándo se le acercan por amor y cuándo por interés. Pero, claro, si la presa lo vale, no les interesa gastarse un sencillo en entretenerlo. No se trata de tener un toy boy (novio juguete), pero sí de jugar mucho, a cada rato.
Sin duda, la “puma” más famosa de todos los tiempos es Demi Moore, la actriz que, después de un divorcio, decidió vivir su vida junto al deseabilísimo Ashton Kutcher, a quien lleva 15 años.
Pero la profetisa de las “pumas” es Linda Franklin, autora de Don’t ever call ma’am (No me llames señora), el best seller que ha pintado el verdadero mundo de las auténticas “pumas” y que da charlas explicando al mundo que ellas no son depredadoras, sino mujeres que buscan el amor como cualquier otra, pero bajo sus propias reglas.
“Cada mujer, se dé cuenta o no, tiene una verdadera puma esperando ser soltada. Vivir tu vida como una mujer lista, sexy e independiente es el mejor regalo que puedes darte. Así que deja de escuchar a quienes quieren decirte qué hacer y comienza a vivir la vida que mereces”, señala Franklin en su página web (http://www.therealcougarwoman.com/trcw.htm).
Ser una “puma” no es fácil, pero el sentido del humor ayuda mucho. Como cuando a Ivana Trump, después de su célebre divorcio de Donald Trump, le preguntaron en tonito de reproche si era una robacunas por haber comenzado a salir con hombres más jóvenes, respondió con una gran sonrisa: “Prefiero ser niñera que enfermera”. Gran verdad.
Verdad felina
¿Quién es una verdadera Mujer “Puma”?, se pregunta Linda Franklin, autora de Don’t ever call me Ma’am (No me llames Señora), y se responde:
• Una Mujer “Puma” es un diamante de cinco kilates que brilla en todas las facetas de su vida. Ella sabe que es la única creadora de su realidad.
• Es una mujer que no está asustada de derribar paredes y romper algunos techos de vidrio.
• Una mujer que adora a los hombres, pero se niega a ser definida por la edad del hombre con quien ha elegido estar.
• Una mujer que ha logrado hacer oídos sordos a lo que el resto de la gente piensa.
• Una mujer que sabe cómo mantener su cuerpo sano, su belleza radiante y su reserva espiritual al tope.
• Una mujer que pone la independencia financiera en el primer lugar de su lista de prioridades.