Confieso que antes, durante y después de la adolescencia he sido y soy bastante aburrida respecto a ciertos temas. En concreto en cuanto a la falta de ilusión por ir a las discos. Dicen que para todo hay una edad, pero nunca lo he podido evitar,ni con 18,con 20 ni ahora " pasaditos " los treinta .
Excepto gloriosas excepciones, me aburro soberanamente.
Intentando analizar esta diferencia con el resto de la humanidad, he llegado a la siguiente conclusión: soy excesivamente práctica.
Adoro la música y siempre dispuse de un aparato de cassets o cds y de las modernas tecnicas que hoy nos ofrecen en casa, por lo que ¿para qué pagar por ir a un lugar dónde te atronan los oídos y ponen la música que les da la gana y no la que tú quieres oír? Era y soy capaz de oír quince veces seguidas la misma canción si me entusiasma.
Adoro escuchar y hablar bebiendo una copa de un buen vino ,tratar temas actuales y como toda soñadora tratar de cambiar el mundo a nuestro gusto y fantasía , salir con los amigos a cenar haciendo larga sobremesa ,porque cada uno expone su opinion ,la cual se aprecia con respeto . Todavía me parece que salir en "pandilla" e ir a diferentes lugares es la mejor forma de conocer gente.
En las discos es imposible; todo se reduce a chillarse en el oído y como que para conversaciones muy profundas, no hay oportunidad, ni ganas.
Y en muchos bares de copas, siempre lo mismo .
Todo el mundo sabe que el aperitivo, frutos secos, etc que dan suelen tener abundante sal para fomentar que se consuma más.
Normal. No puedes hablar. Te dedicas sólo a mirar insistentemente quién ha venido, quién esta con quién y quién hace qué. Lo mismo que en la tele, pero en versión casera.
Otras veinte o treinta personas hacen lo mismo.
Mirarse unos a otros, intentando reconocer a alguien para obtener nuevos datos y contárselos al que tenemos más cerca.
Parece que la principal finalidad de la noche es beber y ....
Vaya!, perdonar el inciso. Se me acaba de posar a unos escasos cuatro metros un "palomo" tamaño familiar. Y hablando precisamente de comentarios me está demostrando que no se restringen sólo a la raza humana. No podeis imaginaros los equilibrios que está haciendo sobre las gradas de la escalera ' para estirar el cuello y mirar a través de la ventana a ver que clase de bicho soy
Pues eso. Que salir, divertirse, conocer gente interesante no creo que esté directamente emparejado con beber sin control y salir con los oídos como si hubiéramos estado en plena batalla. Para unos días al año, puede que este bien... pero todo el tiempo igual... como algunas conocidas..... ¡nada, que no le encuentro la gracia!
Pero como digo siempre, afortunadamente somos todos distintos, y bichejos raros como yo no debe haber muchos, a juzgar por el comportamiento de mi "palomo" particular, y lo que verdaderamente importa es que cada uno sea feliz a su manera.saludos
Los viajes son como los libros se inician
con cierta incertidumbre y se terminan
con nostalgia