APRENDIENDO
A veces bajo del trono
de la experiencia y me inmerso en los caudales de la pasión.
Para así poder
comprender al que sufre por un amor mal correspondido.
Al que sufre por tener
un cuerpo que no corresponde con la idea
que tiene de la
belleza.
Al que se siente
despreciado por su origen, o por ser humilde
o
extranjero.
Al que tenía juventud
y esta ya pasó.
Al que cifró toda su
felicidad en el sexo y éste ya le hastió.
Al que se apoyó en su
riqueza y ésta se evaporó.
Al que se sintió
respaldado por la moda y ésta lo rebasó.
Al que basó su
felicidad en el poder, en el abolengo
de su apellido, en la pureza de su
linaje.... etc.
Y me llenó de
tristeza.
El ver que todavía
para muchos, es tan difícil aprender, que todo
eso fue muy importante en un
tiempo.
No pueden asimilar que
no es lo mismo tener veinte años
que cincuenta.
Por eso te entiendo y
te amo, no estás mal, estás aprendiendo.
Solamente te
recomiendo una cosa.
No te aferres a una
época, a una edad, a una pasión.
Todo pasa y todo
enseña.
Hay que vivir para
aprender.
Porque no se gradúa
uno, hasta que nos llega
la muerte.
Sergio Pérez
Castañeda