¿De dónde nace esa necesidad constante de querer cambiar aquello que se supone llegamos a amar o amamos por lo que es? ¿Si cambiara, seguiríamos amándolo/la?
Creo que desde nuestra adolescencia vamos construyendo la idea de la pareja perfecta. Aquella imagen idealizada que intentamos proyectar el la persona que tenemos en frente, llegando al punto de pedirle que cambie para que se convierta en eso que nosotros esperamos que sea. El amante perfecto, la pareja perfecta, el padre perfecto, la madre perfecta, el hijo perfecto, el amigo perfecto, etc. La idealización de la idealización.
¿Perfecto para quién? ¿Perfecto para qué? Evitando entrar en el cliché de que la belleza radica precisamente en la imperfección, o que hay que amar con defectos y virtudes. Claramente amar implica a un otro, y ese otro, como legítimo ser humano tiene características y conductas heredadas genética, emocional y transgeneracionalmente. Viene de y con una historia. Y, si bien hay muchas cosas que ira modulando y aprendiendo al estar siendo en el mundo, hay otras que ¡NO VA A CAMBIAR! Así como hay ciertas cosas que por más esfuerzo que hagamos y por más que intentemos, nosotros tampoco vamos a cambiar, y ahí el trabajo esta en reconocerlas y aceptarlas. Entonces, por qué le pedimos al otro que haga algo que ni siquiera nosotros podemos hacer para y por nosotros mismos.Si no es solo enamoramiento y es verdadero amor aceptaremos al ser amado tal y cual es por su parte el hará lo mismo.saludos Ani