Hoy vamos a analizar una formar de estar que seguro que a más de uno le define a la perfección a estas alturas de la semana: estar cascado.
Seguro que todos sabéis qué pasa cuando un huevo está cascado. Si cuando volvéis de la compra y veis que uno de los huevos que habéis comprado está cascado, seguro que pensáis lo siguiente: hoy toca comer tortilla. ¿Por qué? Porque como está cascado en breve se pondrá malo y ya no lo podremos usar.
Pues bien a partir de esta idea será más fácil entender que decimos que alguien está cascado cuando no está en plenas condiciones físicas por algún motivo: puede ser por enfermedad, por beber demasiado, por la edad… Cualquier cosa que pueda afectar a nuestra integridad física puede dejarnos cascados. Después de una noche de mucha juerga y mucho beber te levantas cascado. Al llegar a cierta edad, si no has hecho ejercicio y no te has cuidado mucho, también estás bastante cascado. Si hemos fumado durante muchos años, cuando intentemos hacer alguna actividad física seguro que nos costará más que a una persona que no fuma, con lo cual también podemos decir que estamos cascados. Y si un día nos levantamos con gripe, también podemos llamar al trabajo diciendo: Hoy no puedo ir a trabajar porque me he levantado muy cascado (con fiebre, tos, moquillo…). Lo vais pillando, ¿verdad?
Sé que no os lo vais a creer, pero es que como hoy ya he contextualizado muchas situaciones en las que se puede decir que uno está cascado, no hay lugar para los ejemplos, aunque sí para las imágenes. Y como hemos empezado el post hablando de huevos y los huevos son un ingrediente indispensable de muchas expresiones españolas, aquí os dejo con una imagen con huevos para hacerles un homenaje.
|