En aquellos diciembres de mi niñez, regresabamos a Alemania para pasar las navidades en familia , las primas recorríamos la casa entera de los tíos inventando juegos y descubriendo secretos empacados en papel de regalo. A medida que iban llegando, otros miembros de la familia colocaban sus obsequios al pie del árbol de Navidad para deleite de nosotras que llenas de curiosidad no queríamos perder ningún detalle.
Generalmente el cambio de clima nos enfermaba .De Ecuador en pleno verano al de Alemania con 18 o mas grados bajo cero , mis dos hermanos y yo pasabamos la priemera semana en cama . Luego de haber vivido las navidades , el nuevo año .era esperado casi con tanto entusiasmo como los regalos de navidades ,para mi siempre fué placentero,y ahora de adulta siento que disfutabamos la vida por entero…. Los primos varones se entretenian ( cambiando fotos de chicas desnudas o mirando a escondidas revistas de "piluchas ( como las lllamaban ), aprovechando la fumadera de “los grandes” que entre bebidas, boquitas y música se divertían .Siempre habia algun invitado de sudamerica ,hombres de negocios o diplomaticos en especial recuerdo que uno recitaba esto :
Yo no olvido el Año Viejo
porque me ha dejado cosas muy buenas
me dejó una chiva, una burra negra
una yegua blanca y una buena suegra…
Finalmente, después de tantos cohetes, pepsi-colas, juegos, abrazos de media noche, Misa de Gallo y ojos cansados, venía mi hora favorita: la cena familiar. Nos reuníamos las diferentes generaciones en una enorme mesa decorada para la ocasión, donde relucían y llamaban mi atención unas grandes manzanas rojas y racimos frescos de uvas, frutas que en mi niñez no se acostumbraba ver en el país por ser invierno ,hoy es diferente todo aparece en las adornadas mesas . Nuestra mesa en casa de mi abuela Ingrid era kilométrica para mi estatura, parecía alargarse un poco más cada año, a medida que los primos mayores se casaban y nuevos parientes pasaban a formar parte de nuestra familia. En el lugar de honor de la mesa se sentaba la abuela con sus hijos a ambos lados. De mayores a menores, el otro extremo de la mesa era territorio reservado para nosotros, "la semila" como decia mi abuelo y los “jóvenes de corazón” y a la que todos los viejaños segun yo querian pertenecer )que entre bromas y sonrisas insistían que de ese puesto nadie los movía.
Comenzaban las presentaciones, los discursos, el brindis. No faltaba el amigo sudamericano que levantando su copa y declamando sus versos erizaba la piel y robaba la atención incluso de nosotros los más pequeños:( o seria que simpre me gustaron los poemas ???
Por esa brindo yo, dejad que llore,
y en lágrimas desflore
esta pena letal que me asesina;
dejad que brinde por mi madre ausente,
por la que llora y siente
que mi ausencia es un fuego que calcina.
Por la anciana infeliz que sufre y llora .
Asi son los recurdos de mi infancia de una niñez llena de amor y protecion por parte de mis maravillosos padres y familiares .Gracias padres por darme la mejor y mas bella infancia les amo vuestra hija Aningrid
.( Ani)
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