MI ESTRELLA PERDIDA...
-Audroc-
Alzo la vista
contemplando el cielo
y se llenan de estrellas mis pupilas.
Buscar la de
Belén, es mi desvelo,
y por más que la ansío con anhelo
confunden mi
buscar mundos de esquinas.
Suenan en mi
abrumar coros de bronces
cuando mi inmenso torbellino atrapa,
pero no
alcanzo a divisar entonces,
ni aquella del dolor y de los goces,
ni la
otra, que entre otras se me escapa.
Son todas tan
iguales desde el suelo,
que por más que pretenda señalarla,
se entorpece
mi ojo en el desvelo,
dejándome tan solo el desconsuelo
de no poderla asir
con la mirada.
Si un día fue
con la alborada pura
señal de los pastores sin rebaños,
tiene que ser aún,
desde Su Altura,
sombra de luz que alumbra la espesura
de un bosque en
cerrazón por tantos años.
Igual como
esa estrella que no encuentro,
mis pupilas en ti, fueron colmadas,
y por
más que te busque, desde adentro,
siento un pesebre del que salgo y
entro
con un candil de luz vuelto de espaldas.
Hay en mi una
multitud, que siempre es nada,
envuelta por la tierra del misterio,
y
yendo al surco con mi propia azada,
la tierra de mi tierra aprisionada
se
levanta buscando tu morada…
La estrella
de Belén está callada.
La que una vez perdí, tampoco es mía.
Se desgarra
mi voz de madrugada,
cuando en el canto del gallo está anunciada
la luz
del sol antes que nazca el día.