- Tienes que ser niebla.
- Niebla... puedo ser niebla en mis pensamientos, pero en la realidad que separa un parpadeo del siguiente... requiere esfuerzo.
- Tienes que ser niebla... recorrerlo todo suavemente, sin apenas rozar la piel, hasta llegar al momento en que encuentras... y ser niebla entonces... envolviéndolo todo, dejándote caer de fuera hacia dentro. Hasta ser cuerpo.
- ¿Por qué niebla?
- La niebla es agua y aire, y danza incesante con la tierra, buscando. Desciende envolviéndolo todo con suavidad, reposa entre todos los vértices y curvas, dibuja siluetas, deja entrever formas, no fuerza espacios ni perímetros, los contempla en silencio, los sigue y, finalmente, con la cadencia de una respiración tardía, los complementa llenando el espacio entre ellos. Crea un hilo conductor, un camino oculto entre ambos cuerpos.
- Pero la niebla siempre desaparece.
- No. Conozco tiempos y lugares en los que es perpetua, eterna. Cuerpo y niebla.
- ¿Y por qué a veces se eleva, evapora, se aleja del lugar que envuelve?
- La niebla solo se eleva, evapora,
…se aleja
...del cuerpo que envuelve
...desaparece
...cuando
...pierde
...la
...fe.
- Soy niebla entonces...
- Bien.
Autor desconocido