Se han dado cuenta que todos los días nos encontramos con personas que pasan a nuestro lado sin mayores consecuencias, sin que nos interesemos o nos preocupe saber quiénes son, nada sobre sus vidas, a menos que suceda algo repentino que les coloque en un primer plano de atención general.
Ayer me sucedieron varias situaciones que me hicieron meditar en lo que es la vida. En las historias que pueden encerrar y que en efecto encierra cada rostro, cada ser que pobla esta tierra y que a veces son tan impresionantes que rayan en lo irreal.
Estaba en un centro comercial con mi hijo Víctor y le comentaba la triste noticia de un amigo muy querido y famoso, que le habian diagnosticado SIDA. Le decia a mi hijo que no comprendía cómo una persona como èl, tan inteligente, famoso, buena persona, responsable, buen padre, podía tener SIDA.
Hasta dónde puede llegar la doble moral de las personas, y sobre lo importante de ser honestos con uno mismo.
Me senti muy triste cuando mi amigo me lo dijo en confidencia y también me dijo que si pudiera cambiar su vida, si tan solo pudiera regresar el tiempo, èl no hubiese sido tan promiscuo. LLevó siempre una doble vida que ahora todos conocerán. .
Conversábamos mi hijo y yo sobre ese tema, mientras comíamos algo para seguir en nuestra compra. Entonces, allì mismo conocimos a dos señores muy mayores que cuidaban a una bebita de 15 dìas de nacida. Se veìan muy tristes a pesar de la bebé. Nos comentaban que su hija y su yerno habían muerto en un accidente y que la bebita se salvó porque ellos la cuidaban en ese momento. Ahora les toca velar por esa criatura, con un futuro incierto porque ellos están muy mayores y son todo lo que le queda a esa criaturita.
Cuando nos despedimos, no sin antes intercambier teléfonos por lo que se les ofrezca, me encontré con una vieja amiga de la familia que nunca se casó porque siempre le gustó ser muy independiente, le fastidiaba tener responsabilidades y para ella, solo existió el momento y ya. .
Ahora mayor, tiene 65 años , cuida a una niña de 15 años, que le dejaron en su casa desde hace cinco años y cuyos padres no aparecen. Estos cinco años han sido un calvario pues se ha encariñado con la niña y ahora teme perderla. àdemás, la niña tiene cierto retraso. Ella lloró ante mi cuando me comentaba su historia.
En los tres casos la situación les ha cambiado la vida. Hoy, los abuelos solo piden más vida, ahora no piensan en morir sino en cómo darle más calidad a su vida mientras definen la suerte de su nietecita. Y nuestra amiga, ha comprendido lo maravilloso de ser madre , lamenta el tiempo perdido y sufre por la incertidumbre de no saber si se quedará con la niña o no.
Me sentí muy triste porque en los tres casos me doy cuenta que el tiempo juega un factor importante. Pienso que las experiencias, aunque sean ajenas nos ayuda a valor nuestra propia vida y para agradecerle a Dios por cada dìa vivido y vivirlo con responsabilidad, con honestidad , transparencia y lo mejor posible porque no hay tiempo para arrepentimientos. Ruoego a Dios por esa bebé para que tenga una vida llena de amor.