Que viene el lobo!
Esopo
Érase una vez un joven pastor que cuidaba de su rebaño
de ovejas cerca del pueblo. Un día pensó que gastaría una broma a sus
vecinos para divertirse a su costa. Así que se dirigió al pueblo
corriendo mientras gritaba:
—¡Que viene el lobo! ¡Ayudadme! ¡El lobo viene a comerse mis ovejas!
Los habitantes del pueblo dejaron su trabajo y corrieron hacia el prado para ayudarle. Pero cuando llegaron allí, el muchacho se burló de ellos y de su esforzada carrera, porque no había ningún lobo.
En otra ocasión, el chico repitió la misma broma. Los campesinos acudieron corriendo para ayudarle y de nuevo fueron objeto de burla.
Pero un día, el lobo se presentó de verdad en el prado y atacó a las ovejas. Muy asustado, el chico corrió y gritó:
—¡El lobo! ¡El lobo! ¡Socorro!
Los campesinos le oyeron, pero pensaron que se trataba de otra broma. Nadie le prestó la menor atención ni acudió en su ayuda. El pastor perdió todo su rebaño.
Esto es lo que les ocurre a las personas que mienten: aunque digan la verdad, nadie les cree.
William J. Bennett
El libro de las virtudes para niños
Barcelona, Ediciones B, 1996