LAS FACHADAS
Hoy recuerdo mi niñez, a mis amigos, mis maestros, no necesitaba de más
libertad pues la tenía, tampoco necesitaba mentir, mis padres eran
excelentes amigos a los que les podía confiar el más mínimo detalle,
sin embargo voy creciendo y veo a mucha gente con tremendas fachadas
en su personalidad que le impide tener una vida sencilla, plena de alegría,
de frescura, de amor, de entrega y de un deseo inmenso de servir a
los demás para vivir siempre.
Así, pasa en muchos matrimonios, adornan su "felicidad" con una
tremenda fachada para dar la impresión de que todo marcha muy bien,
y uno se pregunta ¿a quién engañan?, sencillamente a nadie, los engañados
son los que se disfrazan por el dia para ocultar lo que sucede de noche.
He tratado de vivir sin mascaras ni fachadas y he logrado ser feliz,
enfrento las peores situaciones con una confianza plena en mi Padre,
bueno, solicitándole que me haga sencillo y honesto. Sencillo para
compartir con los demás y honesto para sentirlos de igual a igual.
Cuando se actúa así las fachadas sobran, y la gente no se fijará en
nuestra belleza física, sino en la dulzura de nuestro corazón.
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