Para los que no le tememos a volar a veces nos resulta absurdo ese miedo pero es muy comprensible y hay que darle el lugar en importancia que se merece y no tomarlo a la ligera. Yo vi a una señora gritar llorando dentro de un avión para que la bajaran, cuando empezó a despegar el avión. Veníamos de Bolivia a Panamá y fue muy lamentable verla así.