Amiga Alipia. Maravilloso regalo que me haces, y sabré cuidarlo porque viene de parte de tu corazón. ¡No veas lo que eso supones para mi, en responsabilidad y agradecimiento de tu desprendimiento de una cosa que dices “que ni en sueños yo tendré nunca”! Y en eso no estoy conforme, amiga Alipia. ¡Claro que lo puedes tener!

Mira,  amiga Alipia, esto leí cierta vez de un escritor mexicano, llamado Héctor Tassinari: “Dios no te hubiera dado la capacidad de soñar sin darte también la posibilidad de convertir tus sueños en realidad”. Así que, retiras, por favor, eso de ni en sueño yo tendré nunca. ¿Por qué no puedes ser que un día tú tengas ese caballo? ¿Por qué no?

En un mensaje próximo enviaré un escrito del doctor Cristiaan Barnard, y te ruego lo leas con atención. Creo que te gustará.

Amiga Alipia; además de agradecerte con toda mi alma el regalo con que me obsequias, te pido, te ruego, te suplico... que nunca digas nunca jamás. Piensas que los sueños se convierten en realidad. ¿Tú crees que si yo no hubieras soñado tener amigas tan extraordinarias, como tú y otras del grupo, tendría hoy la realidad de vosotras?

Un abrazo, mi  estimada amiga Alipia y…¡¡¡a soñar!!!

Estimada Alipia. Derramar lágrimas desahoga el corazón… dicen. También a veces me emociono tanto, que si no llorara, me ahogaría. Pero creo que debemos dejarnos de penas, en lo que podamos y pensar en cosas positivas. Te agradezco tu sentidas palabras, y gracias por la confianza que me prestas en hacerme partícipe de tus cositas internas de tus adentros mas profundos. Te lo agradezco. Y en cuanto al caballo, ese caballo, que para ti es una quimera, yo diría más bien una utopía, o sea, una idea irrealizable en el momento que se concibe o se plantea… pero no en el futuro, amiga Alipia. Fíjate cuantas utopías han existido desde siglos que han sido hechas realidad hoy. Por lo tanto, déjame decirte que tendrás un caballo,  aunque HOY sea una utopía. HOY, pero no se sabe mañana. ¿De acuerdo? Pues Eso.

Yo he tenido caballos, muchos, Más bien dicho, mi padre. Y es verdad lo que dices: es un animal maravilloso, sobre todo el que conozco, de la raza andaluza. Así que tu imaginario caballo lo tendré tan cuidado que procuraré no te eche de menos … jajajajajaja…

Y nada más, estimada Alipia. Así que dejas de llorar que lo cuidaré, te lo prometo, con el máximo cariño y esmero.

Con mi sincero afecto, un abrazo desde  España, para ti, mi apreciada Alipia.