Tú tienes poder en la oración, y tú estás hoy entre los ministros más potentes en el universo que Dios ha hecho. Tú tienes poder sobre los ángeles, pues ellos volarán a tu voluntad. Tú tienes poder sobre el fuego, y el agua, y los elementos de la tierra. Tú tienes poder para que tu voz sea escuchada más allá de las estrellas. Donde los truenos se desvanecen en silencio, tu voz despertará los ecos de la eternidad. El oído del propio Dios la escuchará y la mano de Dios mismo cederá a tu voluntad. Él te pide que clames: "Hágase tu voluntad," y tu voluntad será hecha. Cuando tú puedes argumentar Su promesa entonces tu voluntad es Su voluntad. ¿No parece algo sobrecogedor, mis queridos amigos, tener tal poder en las manos de uno como el poder de orar?