Al despertarte en la mañana,
no saltes de tu cama violentamente, hazlo con serenidad, cancela los afanes y desesperos, pues estos provocan desorden y confusión.
Cuando actúas con afán duplicas el esfuerzo necesario y corres mayores riegos de equivocarte.
La naturaleza es una gran maestra, nunca un minuto tendrá 59 ni 61 segundos, cada cosa a su tiempo y a su ritmo. Cálmate, con calma podrás encontrar más oportunas soluciones.