Procura cada día al despertar,
enviar una mental bendición a todo lo creado.
Identifícate, de cara al Sol si es posible, con el gozo de vivir.
Que cada día sea para ti una resurrección,
como una pequeña vida nueva.
Aspira toda la gloria y toda la ternura de este don que se te dá.
Retírate y luego medita
Gracias Layla, por tan bella frase
Un saludo