Considero como la mejor medicina es dejar fluir nuestra vulnerabilidad y luego enfrentar el problema. Antes, yo prefería mirar hacia otro lado para que no me lastimaran las situaciones tristes y aquellas ante las que no podía hacer nada. Hoy, aunque me duela doy la cara y trato de buscarle soluciones. Ahora me siento más feliz conmigo misma.
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